A pesar de que este año parece que la primavera quiere adelantarse, aún es invierno, quedan semanas y casi seguro que les puede sorprender cuando la ropa más ligera empieza a salir de los armarios. Ya parece que quedan muy lejanas las borrascas que han azotado las costas y causados destrozos en propiedades y playas, y todos comienzan a pensar en las vacaciones de Semana Santa y el verano. Pero aún pueden realizar un viaje que será toda una experiencia. Descubre Menorca ahora, en esta época, será toda una experiencia seguro.
Viajar a Menorca fuera de la temporada de verano puede llegar a sorprenderle de verdad. La isla respira un ambiente más relajado y es posible visitar muchos rincones prácticamente en solitario. Es una época ideal para disfrutar de los paisajes, la cultura, el deporte y la gastronomía de la isla.
Cuando de una isla se trata, enseguida se piensa en el mar, está alrededor, en todas partes, lógico por aquello de la isla; y en los deportes náuticos, también normal, y por lógica del que espera las vacaciones para visitar determinados lugares, la mente se le va al verano, la estación vacacional por antonomasia. Pero para disfrutar de determinados destinos no hace falta nada más que ir, un fin de semana, un puente suele ser más que suficiente para descubrir lo que el periodo vacacional en tantas ocasiones nos oculta.
Es lo que sucede con Menorca, uno de los destinos estrella para la mayoría de los viajeros y turistas, la conozcan o solo hayan oído habar de ella. Su gran belleza, sus impresionantes costas y la amplísima oferta cultural, la convierten en un magnífico reclamo para gente de todo tipo; porque existe una Menorca diferente para cada tipo de visitante y para que cada uno encuentre aquello que busca. Una isla hippie, otra hípster, otra aventurera, otra marinera, otra pacífica y tranquila. Cada uno encontrará en la isla su tipo de vida, aquella que sueñan y sentirán que ese es el lugar donde quieren vivir.
No lo piense, y descubre Menorca, un fin de semana ahora que las ofertas de vuelos se encuentran con facilidad y los alojamientos aún están en temporada baja. Vayan porque Menorca tiene mucho que vivir y mucho por disfrutar ahora que el invierno se acaba. Siempre en el remanso de tranquilidad que la vida de una isla les ofrece, sin prisas, sin agobios ni velocidad, con la paz que da saberse poseedor del tiempo.
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