Si estás pensando en solicitar cualquier tipo de préstamos, conviene que tengas cierta información de valor antes de que te pongas con ello. Existe una serie de errores bastante comunes en los que la gente suele caer a la hora de contratar los servicios de algún préstamo. Así pues, vamos a ver de qué errores se trata y cómo podemos tanto detectarlos como evitarlos.
En primer lugar, hemos de dejar claro que un préstamo no es una cosa que pensemos en solicitar de un día para otro, sino que ha de ser premeditado, debemos analizar nuestra situación y nuestras necesidades para considerar si realmente nos hace falta un préstamo. Para ello, podemos utilizar la calculadora de préstamos y comprobar si verdaderamente sería rentable pedir un préstamo o crédito.
Préstamos para compras innecesarias
El primero de los errores suele ser pedir un préstamo para poder darnos un capricho. Error. Nos estamos equivocando. Debemos tener en cuenta que pedir un préstamo significa pagar intereses en muchos de los casos, por lo que los caprichos deberíamos afrontarlos con ahorros, en caso de que los haya. Si no, tocará ahorrar y esperar. De este modo, si pidiéramos un préstamo para un capricho, nos endeudamos, ya que estaríamos pagando tanto intereses como el capricho continuamente.
Pedir cantidades mayores a las que necesitamos
Como segundo error, encontramos el pedir más dinero del necesario. ¿Para qué? Si realmente no lo necesitamos, no debemos pedir más de lo que nos haga estrictamente falta. De nuevo, pasaremos más tiempo del que debemos pagando intereses y devolviendo el préstamo. Es muy común el pensar que, ya que pedimos, pidamos más y más, pero esto es un error colosal.
No estudiar las comisiones
En el tercer puesto de errores, encontraremos el desconocimiento de las comisiones. Como mencionamos anteriormente, es necesario realizar un análisis tanto de nuestras necesidades como del préstamo que vamos a solicitar, puesto que debemos conocer sus condiciones y entre ellas encontraremos las comisiones a pagar. Obviamente, nos interesará más aquel préstamo que menos comisiones acarree.
Desconocer todas las condiciones
Seguidamente, el cuarto fallo que más se suele cometer es el de aceptar cualquier producto vinculado. En numerosas ocasiones, el coste anual suele ser notablemente superior que si lo contratamos por nuestra cuenta. Es entonces cuando debemos hacer cuentas y comprobar si realmente la bonificación nos va a salir rentable y nos va a compensar.
Confundir conceptos
Por último, el quinto de los errores o fallos más comunes viene del desconocimiento y del no saber las diferencias que existen entre TAE y TIN. ¿Qué significan estas siglas? Veamos. La TAE es la Tasa Anual Equivalente, la cual equivale a la suma del TIN más otros gastos derivados del préstamo, como pueden ser las comisiones de apertura, de cancelación y de seguros incluidos. Esto también debemos tenerlo en cuenta y conocerlo en su totalidad, ya que, de darse el caso contrario, podremos vernos envueltos en situaciones ciertamente engorrosas.
Finalmente, como hemos podido comprobar, todos estos errores son engañosos, ya que puede resultar muy difícil detectarlos. Para poder detectarlos tendremos que estudiar muy minuciosamente la letra pequeña de cada préstamo y poder finalmente elegir aquel que realmente nos convenga y nos salga rentable. El análisis de préstamos, así como de nuestras necesidades es algo completamente esencial que debemos llevar a cabo de forma previa a la contratación de cualquier tipo de préstamo.