Los remaches son estructuras de gran utilidad en numerosas industrias, desde la construcción hasta la automoción pasando por el bricolaje. Su función consiste, básicamente, en unir de manera permanente dos o más elementos de un mismo material o materiales diferentes.
De algún modo, un remache es como un tornillo, porque ocupa una función similar o al menos parecida, pero en realidad, en el apartado estético tienen poco que ver. El remache consta de un tubo cilíndrico con una cabeza de mayor grosor y el mandril que se desecha una vez quedan unidas ambas piezas.
Así, este elemento de fijación se introduce en un agujero, encaja perfectamente, y mantiene sujetos los dos paneles o materiales. Los tornillos, en cambio, no se introducen tan limpiamente en un agujero, sino que van enroscados.
¿Cómo se articula un remache, qué partes lo forman?
Los remaches constan de tres áreas bien diferenciadas. El tubo cilíndrico es lo que ocupa más espacio y se denomina cuerpo, vástago o espiga. Es la zona que queda encajada entre los dos materiales y mantiene unidas las piezas.
La cabeza es la parte superior del cuerpo. Presenta un grosor mayor que el vástago y su función es sujetar bien ambas piezas por el agujero en el que se introduce el cuerpo. Finalmente, el mandril es la parte más larga del remache. Se inserta en la remachadora y queda excluida de la unión. Una vez se han unido ambas piezas, se puede desechar.
¿Qué tipos de remaches son los más comunes?
El uso de remaches se remonta siglos atrás y su eficacia para mantener solapadas diferentes piezas es lo que ha permitido que su uso siga muy presente. En el sector de la automoción resultan imprescindibles, así como para la fabricación de electrodomésticos, sistemas de calefacción, los tejados y, por extensión, toda la construcción.
No existe prácticamente ningún material, ni conjunto de materiales, que no pueda ser trabajado con este sistema, si bien lo más frecuente es encajar piezas metálicas y de madera. Además, es un montaje muy sencillo, duradero y resistente.
Remaches flor
Reciben este nombre porque la cabeza se asemeja a los pétalos de una flor. Se utiliza habitualmente con materiales blandos o que presentan poca resistencia a la presión. Por tanto, no es común su uso con metales, sino más bien en plásticos, madera o fibra. Otra opción es cuando hay que encajar materiales rígidos y blandos. Ahí funciona con buenas prestaciones.
La cabeza tipo flor presenta un cierre con un diámetro muy grande. Esto ayuda a que la carga esté muy bien distribuida y no exista apenas riesgo de aplastamiento ni de rotura de los materiales.
Remaches paraguas
Como el anterior, su nombre se debe a que la cabeza presenta esa forma tan particular de los paraguas. Son también muy útiles para aplicaciones de material blando o de baja resistencia, pero se adaptan fácilmente a variaciones en el espesor de los materiales. Son muy resistentes a la corrosión.
Remaches molduras
Con este tipo de remaches no se hace referencia a la forma de la cabeza, sino a la funcionalidad del elemento de fijación. Así, un remache moldura es el que se utiliza para fijar molduras. El cuerpo es escalonado, el montaje es muy sencillo y rápido, y también muy económico.
Remaches estanco
Llegamos a una última tipología. Y nuevamente la denominación es distinta. Ya no es ni por la forma de la cabeza ni por la utilidad, sino por el efecto que genera. Los remaches estanco sirven para unir materiales que han de ser herméticos en su totalidad, para evitar fugas de líquidos y vapores. Estos sistemas de fijación son muy utilizados en la industria de la climatización.
¿Por qué son tan utilizados los remaches?
Las uniones remachadas son las zonas de un mismo material en ambas piezas, o de varios materiales, que aparecen encajados por el remache. Este método de unión es muy económico y funcional, porque asegura la total utilización del aparato o maquinaria y debido a que, incluso cuando una de las piezas no es accesible, si el acceso a la otra sí es posible, ya se puede trabajar con remaches.
Su utilización está tan extendida como la de los tornillos, pero no son elementos de sujeción similares, aunque sí parecidos. Los remaches son propios de uniones pensadas para permanecer siempre como tal, mientra que los tornillos pueden retirarse con mayor facilidad.