Rosalía, Adele, Karol G, Vanessa Hudgens o incluso Jenna Ortega han sido protagonistas de titulares no solo por su talento como cantantes, actrices o personajes públicos sino también por sus uñas.
Y es que, de unos años a esta parte, las uñas esculpidas se han convertido en una tendencia popular en la industria de la belleza y cada vez más personas buscan este servicio también como proyección de su personalidad o mensaje.
Un sector en crecimiento que crea empleo
La creciente demanda de uñas esculpidas en la industria de la belleza ha provocado un crecimiento, en parte, gracias al escaparate de algunas de las mujeres más envidiadas y admiradas que lo han llevado al protagonismo de las alfombras rojas.
Los salones de manicura y las empresas han experimentado un aumento en la demanda de uñas esculpidas, lo que ha generado creación de empleo y oportunidades empresariales para muchos emprendedores que han visto en este apartado de la belleza un filón que no sólo se centra en la mujer sino que abre las puertas a hombres dispuestos a arriesgar y a comunicar también con su imagen. “Cada vez hay más hombres que apuestan por manicuras y uñas pintadas. Si antes era exclusivo de los rockeros, hoy, con Harry Styles a la cabeza, es una forma de volver a reclamar una imagen más unisex, sin roles y sin implicaciones de género” explica Carmen Casilla, al frente de una de las academias de más prestigio que imparte cursos de uñas esculpidas en Barcelona.
Además, tiene claro que apostar por una buena formación en arte de uñas esculpidas proporciona habilidades prácticas y creatividad que pueden conducir a la estabilidad financiera y el crecimiento profesional en el ámbito laboral. “Con la formación adecuada, las personas pueden desarrollar sus habilidades artísticas y crear diseños únicos que los distingan de otros en la industria. Aunque mucho más temporal, es como un tatuaje y los verdaderos profesionales hacen arte de ello” explica.
Aún así, no esconde que es un sector que también esconde ciertos riesgos y retos. Uno de los desafíos más críticos es la necesidad de regulaciones y estándares para garantizar la seguridad y la calidad de los servicios. La formación adecuada y el cumplimiento de las normas de seguridad e higiene en los salones son esenciales para evitar posibles riesgos para la salud tanto de los clientes como de los trabajadores.
Es una industria perfecta para promover la diversidad y la inclusión en la industria de la belleza, garantizando la igualdad de oportunidades para todas las personas interesadas en seguir una vida laboral vinculada a este tipo de servicios.