A la izquierda española, y en particular al PSOE, se les puede acusar de muchas cosas, pero no de ser ingratos con aquellos que les sirven, especialmente en el ámbito del periodismo y la comunicación. En medio del complicado panorama político español, la reciente renovación del Consejo de Administración de RTVE ha pasado casi desapercibida, aunque este cambio en la cúpula de la televisión pública merece una atención especial, ya que podría tener consecuencias significativas en la información que reciben millones de españoles a diario.
El pasado 4 de diciembre, los 15 nuevos miembros del Consejo de Administración de RTVE se reunieron por primera vez en Prado del Rey. Esta ampliación del consejo, que anteriormente contaba con 10 miembros, responde a la necesidad del Gobierno de Pedro Sánchez de asegurar el apoyo de los partidos que le mantienen en el poder. Cada formación política ha colocado a su representante en este nuevo tablero mediático, convirtiendo a RTVE en un reflejo de la fragmentada realidad política española.
Los nuevos guardianes de la televisión pública
El nuevo Consejo de Administración se compone de los siguientes miembros:
- José Pablo López (PSOE): Presidente del Consejo y de la Corporación, ex director de Contenidos Generales de RTVE y ex director general de Telemadrid.
- Esther de la Mata (PSOE): Directora de Comunicación del Ministerio de Félix Bolaños.
- Rosa León (PSOE): Ex diputada socialista y cantautora.
- Angélica Rubio (PSOE): Periodista y ex directora adjunta de ‘El Plural’.
- Mercedes de Pablos (PSOE): Periodista y ex directora del Centro de Estudios Andaluces.
- Miquel Calçada (Junts): Presentador y empresario catalán.
- Sergi Sol (ERC): Ex jefe de gabinete de Oriol Junqueras.
- María Solana (PNV): Ex consejera de Educación del Gobierno de Navarra.
- Marta Ribas (Sumar): Ex diputada de En Comú Podem en el Parlament.
- Mariano Muniesa (Podemos): Periodista musical y escritor.
- Teresa Martín (Sumar): Periodista y ex directora de comunicación de IU.
- Eladio Jareño (PP): Ex director de TVE entre 2016 y 2019.
- Rubén Moreno (PP): Ex secretario general de Sanidad.
- Ignacio Ruíz Jarabo (PP): Ex director general de RTVE.
- Marina Vila (PP): Periodista y ex directora de comunicación del PP en el Congreso.
Cada uno de estos nuevos consejeros percibirá un sueldo anual de 125.000 euros, una cantidad notable en tiempos de crisis. Sin embargo, lo más llamativo no es el coste económico, sino la limitación de sus funciones. Según se ha establecido, no tendrán poder para nombrar al equipo directivo ni para aprobar o rechazar la contratación de programas, lo que implica que su función se reduce a dar su visto bueno.
El verdadero poder recaerá en José Pablo López, quien, con un pasado en medios como 13TV, Telemadrid y La Sexta, tendrá la última palabra en las decisiones de relevancia. No obstante, es sabido que su autoridad estará supeditada a los deseos de La Moncloa. En la primera reunión del Consejo, Miquel Calçada, representante de Junts, sorprendió al declarar: «Oye, ¡que yo no puedo venir todas las semanas a Madrid, eh!», lo que llevó a sus compañeros a tranquilizarle explicando que solo habrá una reunión mensual. A 9.000 euros por reunión, este modelo parece más un ejercicio de formalidad que de funcionamiento efectivo.
Con este panorama, la pluralidad informativa en RTVE parece más una quimera que una realidad. Si hasta ahora la cadena pública ha sido criticada por su sesgo progubernamental, con esta nueva configuración, la situación podría empeorar. Los espectadores de RTVE, que en su mayoría son personas mayores de 65 años, podrían ver cómo los contenidos se ajustan aún más a la narrativa oficial del Gobierno.
Programas emblemáticos como ‘Telediario’ o ‘Los desayunos de TVE’ podrían transformarse en altavoces aún más evidentes de las políticas gubernamentales. En cuanto a la programación de entretenimiento, es probable que se incremente la producción de contenido «políticamente correcto» alineado con la agenda social del Gobierno, afectando incluso a tramas de series como ‘HIT’ o ‘Cuéntame cómo pasó’.
RTVE se enfrenta a un desafío considerable en un momento en que plataformas de streaming como Netflix, HBO o Amazon Prime Video están ganando terreno, especialmente entre el público joven. La decisión de convertir la cadena en un aparato de propaganda podría alejar aún más a las nuevas generaciones, que buscan contenidos más diversos y menos politizados. Además, con el auge de canales de YouTube y podcasts independientes que ofrecen análisis políticos alternativos, RTVE corre el riesgo de perder relevancia si no logra ofrecer una programación verdaderamente plural y de calidad.
La renovación del Consejo de Administración de RTVE no debe considerarse un mero trámite burocrático, sino un retroceso en la independencia de los medios públicos en España. Con un coste anual cercano a los dos millones de euros solo en sueldos de consejeros, los ciudadanos españoles tienen derecho a exigir una televisión pública que sea realmente independiente y plural. Mientras tanto, el control de los medios públicos continúa, y la libertad en RTVE parece desvanecerse a medida que los guardianes del régimen atrancan la puerta de la televisión oficial.
