El narcotráfico en Paraguay ha cobrado un alto precio, especialmente entre las mujeres, que muchas veces se convierten en víctimas de una red criminal que las utiliza como «mulas». Para visibilizar esta problemática, el medio independiente El Surtidor ha desarrollado un innovador chatbot llamado Eva, que narra en primera persona la historia de una mujer encarcelada por tráfico internacional de drogas. Esta iniciativa busca ofrecer una mirada más humana y menos estigmatizada sobre las consecuencias del narcotráfico y sus efectos en las comunidades vulnerables.
Eva es una mujer de 28 años que se encuentra presa en la prisión del Buen Pastor en Asunción, acusada de actuar como mensajera para una red de narcotráfico. A través de conversaciones con la inteligencia artificial, el chatbot relata su experiencia, permitiendo a los usuarios escuchar su historia sin las distorsiones que a menudo acompañan las narrativas mediáticas. «Me acusan de tráfico internacional y crimen organizado, aunque yo me siento más víctima que otra cosa», dice Eva en una de sus intervenciones. Esta afirmación pone de relieve la complejidad de su situación, donde la pobreza y la falta de opciones laborales juegan un papel fundamental en la decisión de involucrarse en actividades delictivas.
Según datos de El Surtidor, más de 400 mujeres están encarceladas en Paraguay por delitos relacionados con el narcotráfico, lo que representa aproximadamente el 44,3% de la población femenina privada de libertad en el país. La mayoría de estas mujeres son solteras, separadas o viudas con hijos a cargo, y enfrentan mayores probabilidades de ser detenidas que sus homólogos masculinos. Este fenómeno subraya la desigualdad de género que permea el sistema de justicia penal, donde las mujeres son a menudo tratadas como las principales responsables de un problema que, en realidad, tiene raíces más profundas en el tejido social y económico del país.
La inteligencia artificial como herramienta de visibilización
El equipo de El Surtidor ha tomado la decisión de utilizar la inteligencia artificial de forma limitada; su objetivo no es sustituir la voz de Eva, sino facilitar la interacción con los usuarios. Cada palabra que pronuncia el chatbot ha sido cuidadosamente redactada por periodistas y diseñadores, evitando que la tecnología desvirtúe las experiencias personales de las mujeres involucradas en el narcotráfico. «No queríamos dejar un material tan delicado en manos de una tecnología que ofrece un porcentaje de alucinaciones», explican los creadores del proyecto.
En un contexto donde Paraguay es conocido por ser un centro del tráfico de drogas en América Latina, la historia de Eva invita a reflexionar sobre las alternativas a la criminalización y el encierro. La política punitiva actual, que a menudo se centra en la persecución de los consumidores y pequeños delincuentes, ignora a las verdaderas víctimas de la guerra contra las drogas. Mientras tanto, los grandes capos del narcotráfico continúan operando con impunidad, mientras que muchas mujeres, atrapadas en un ciclo de pobreza y violencia machista, son condenadas a largas penas de prisión.
A través de esta innovadora propuesta, El Surtidor no solo da voz a las mujeres encarceladas, sino que también desafía las narrativas dominantes que perpetúan la estigmatización y la criminalización de quienes son, en muchos casos, víctimas de un sistema injusto. La historia de Eva es un recordatorio de la necesidad de abordar el narcotráfico desde una perspectiva más humanitaria y comprensiva, que reconozca las circunstancias que llevan a muchas mujeres a ser atrapadas en este ciclo de explotación y delito.
