La «podredumbre cerebral»: un fenómeno alarmante por el consumo excesivo de contenido en línea
La «podredumbre cerebral» ha sido designada como la palabra del año 2024 por el diccionario de Oxford, tras recibir más de 37,000 votos de ciudadanos preocupados por el impacto del consumo excesivo de contenido trivial en las redes sociales. Según la definición, este término se refiere al deterioro del estado mental o intelectual de una persona debido a la exposición a material considerado poco desafiante. Este incremento en el uso del término, que ha crecido un 230% en el último año, refleja una creciente inquietud sobre las consecuencias que el consumo de contenido de baja calidad puede tener en nuestras capacidades cognitivas.
Numerosos estudios científicos han demostrado que el consumo compulsivo de contenidos en línea, caracterizados por el sensacionalismo y la desinformación, está afectando nuestra salud mental y cognitiva. Investigaciones realizadas por instituciones como la Universidad de Harvard y el King’s College de Londres han encontrado que las redes sociales pueden reducir la materia gris en el cerebro, acortar la capacidad de atención y distorsionar procesos cognitivos esenciales. Un estudio reciente de la Universidad de Macquarie evidencia que la adicción a internet provoca cambios estructurales en el cerebro, alterando el comportamiento y las capacidades de los individuos. Este fenómeno se ve acentuado por funciones diseñadas para mantener la atención, como el «scrolling infinito», que atrapan a los usuarios, especialmente a los más jóvenes, en ciclos de consumo de contenido interminables.
Desde el inicio del siglo XXI, expertos han alertado sobre los efectos negativos de la sobreexposición a la información, un fenómeno que comenzó con el uso del correo electrónico. Investigaciones de la Universidad de Londres ya habían demostrado que el constante bombardeo de información podía reducir el coeficiente intelectual de los usuarios. A medida que las plataformas digitales han evolucionado, el panorama se ha vuelto aún más preocupante. Estudios recientes han vinculado el uso excesivo de internet con una disminución de la materia gris en áreas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones y el control de impulsos. A medida que los adolescentes son cada vez más vulnerables a estos cambios, se observa que aquellos con problemas de salud mental tienden a consumir más contenido de baja calidad, lo que a su vez agrava sus síntomas. Por ello, es crucial abordar este fenómeno de manera proactiva, fomentando un consumo consciente y equilibrado de los contenidos digitales.