Un trágico accidente aéreo ha sacudido a Corea del Sur, donde un avión de pasajeros de la aerolínea Jeju Air se estrelló en el aeropuerto de Muan. El incidente, que ocurrió el pasado domingo, ha dejado un saldo devastador de 179 personas fallecidas. La aeronave, un Boeing 737-800, se encontraba en su ruta de regreso desde Bangkok cuando, según informes preliminares, su tren de aterrizaje no se desplegó correctamente.
Los primeros datos indican que el piloto notificó a la torre de control sobre un posible impacto con aves y declaró una emergencia poco antes del accidente. A pesar de las advertencias de «actividad aviar» en la zona, no se pudieron tomar las medidas de seguridad necesarias para prevenir la tragedia. Las imágenes del suceso, emitidas por diversas cadenas de televisión surcoreanas, revelan cómo el avión se deslizó a alta velocidad por la pista, colisionando finalmente con un muro, lo que provocó una explosión y un incendio devastador.
Las autoridades de transporte han confirmado que 141 de las 197 víctimas han sido identificadas, y los cuerpos han sido trasladados a una morgue temporal. El Ministerio de Transporte ha ordenado la inspección de todos los modelos de Boeing 737-800 en el país, mientras se lleva a cabo la investigación del desastre. Asimismo, se han recuperado las cajas negras del avión, que serán analizadas por expertos para determinar las causas del accidente.
El director de la estación de bomberos de Muan ha declarado que la aeronave quedó completamente destruida, con solo la parte trasera reconocible entre los escombros. En un comunicado, Jeju Air ha expresado su «profunda disculpa» por el accidente y ha asegurado que hará todo lo posible para gestionar las consecuencias de la tragedia. Kim E-bae, presidente de la compañía, asumió la «plena responsabilidad» durante una conferencia de prensa, donde también se disculpó ante las familias de las víctimas.
Boeing, por su parte, ha informado que está en contacto con Jeju Air y se ha ofrecido a apoyar a la compañía en el manejo del accidente. En su declaración, extendió sus condolencias a las familias afectadas y reiteró su compromiso con la seguridad aérea.
Este accidente se convierte en el más mortífero en la historia de la aviación surcoreana, superando al trágico suceso de 1997, cuando un avión de Korean Airlines se estrelló en Guam, con 228 víctimas fatales. Las autoridades continuarán investigando las circunstancias que rodearon esta catástrofe, en un esfuerzo por garantizar la seguridad de los vuelos en el futuro.
