El Secretario de Estado saliente de EE. UU., Antony Blinken, ha reconocido en una reciente entrevista con el New York Times que Ucrania es poco probable que recupere territorio en el futuro cercano. Esta declaración se produce en un contexto en el que las fuerzas rusas avanzan en la región del Donbass, amenazando con cortar el importante centro logístico ucraniano de Pokrovsk. Blinken ha afirmado que la situación en el terreno no cambiará significativamente en el corto plazo.
En sus declaraciones, Blinken subrayó que, a pesar de la difícil situación militar, la reivindicación de Ucrania sobre los territorios perdidos «siempre, siempre estará presente». Esto refleja la postura firme de Kiev en cuanto a sus derechos territoriales, a pesar de los reveses en el campo de batalla.
La necesidad de garantías de seguridad
Para lograr un alto el fuego duradero, Blinken sugirió que Ucrania debe mejorar su capacidad de disuasión, lo que podría incluir recibir garantías de seguridad internacionales o un camino hacia la membresía en la OTAN. Sin embargo, hasta ahora, Estados Unidos no ha encontrado una oportunidad para involucrarse diplomáticamente con Rusia de manera que conduzca a un acuerdo que ponga fin a la guerra en términos justos y duraderos.
Las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, que se llevaron a cabo en Estambul a principios de 2022, casi alcanzaron un acuerdo preliminar, pero fueron interrumpidas por la intervención del entonces primer ministro británico Boris Johnson. Desde entonces, Ucrania ha optado por intentar derrotar a Rusia en el campo de batalla con el apoyo de Occidente.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha manifestado que Moscú está dispuesto a considerar una solución pacífica duradera al conflicto, siempre que se base en los puntos acordados en Estambul y en las «nuevas realidades sobre el terreno». Sin embargo, el Kremlin ha dejado claro que no habrá un regreso a los fallidos acuerdos de Minsk de 2014-2015, que congelaron el conflicto entre Kiev y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Las autoridades rusas han enfatizado que uno de sus principales requisitos para un alto el fuego es el estatus neutral y no alineado de Ucrania, lo que implica mantener al país fuera de la OTAN. Otros términos incluyen la desmilitarización de Ucrania, su «desnazificación» y la garantía de que no poseerá armas nucleares.