Investigación sobre las tortugas marinas: un vistazo a sus años perdidos
La reciente investigación realizada por científicos con el uso de rastreadores por satélite ha permitido descubrir el paradero de las tortugas marinas jóvenes durante etapas cruciales de sus vidas. Kate Mansfield, científica marina de la Universidad de Florida Central, ha señalado que existían importantes lagunas de datos sobre las primeras etapas de vida de estas criaturas. Durante décadas, los investigadores se han cuestionado qué sucede en los denominados «años perdidos», el periodo que transcurre desde que las pequeñas crías abandonan la playa hasta su regreso a las costas en un estado casi adulto, un intervalo que puede abarcar de uno a diez años.
El estudio, publicado recientemente, ha comenzado a llenar ese vacío informativo. Durante más de diez años, Mansfield y su equipo han colocado etiquetas GPS en las conchas de tortugas jóvenes en crecimiento. Navegando en pequeñas embarcaciones, buscaron tortugas jóvenes que flotaban entre algas en el Golfo de México, logrando etiquetar un total de 114 animales, que incluyen especies en peligro como las tortugas verdes, boba, carey y ridley de Kemp. A medida que las tortugas crecen, estas etiquetas se desprenden naturalmente, ya que la parte exterior de la concha muda rápidamente.
Los hallazgos de la investigación han desafiado muchas de las ideas preconcebidas sobre el comportamiento de estas tortugas. Durante mucho tiempo se pensó que las crías de tortuga se dejaban llevar pasivamente por las corrientes oceánicas, sin embargo, los datos obtenidos indican que estas tortugas son capaces de nadar activamente. Comparando los datos de ubicación de las tortugas jóvenes con las rutas de boyas que se encontraban en el agua al mismo tiempo, los investigadores encontraron que más de la mitad de las boyas llegaron a la costa mientras que las tortugas no. Esto sugiere que estas pequeñas criaturas toman decisiones activas sobre su dirección y lo que desean evitar en el océano.
La información obtenida proporciona a los biólogos una mejor comprensión de cómo las tortugas jóvenes utilizan el Golfo de México, una región crítica para cuatro especies de tortugas marinas en peligro de extinción. La investigación destaca la importancia de seguir el rastro de estas tortugas, ya que, aunque nunca estuvieron realmente perdidas, se había perdido el seguimiento de su desarrollo y movimientos en el océano.