Recientemente, varios estados de EE.UU. han comenzado a implementar prohibiciones generales sobre la modificación del clima, impulsadas por teorías de conspiración que sugieren que experimentos atmosféricos están provocando desastres naturales. Este fenómeno se ha intensificado tras los recientes eventos climáticos extremos, como las inundaciones en Kentucky y los huracanes devastadores en Florida y Carolina del Norte, que han dejado un saldo trágico de vidas y daños materiales.
Las afirmaciones de que las intervenciones gubernamentales están detrás de estos desastres no tienen fundamento, según expertos en meteorología. Por ejemplo, el meteorólogo Shane Holinde, del Kentucky Climate Center, ha declarado que lo que está ocurriendo es simplemente un fenómeno natural. Sin embargo, la respuesta legislativa ha sido notable. En Kentucky, el republicano John Hodgson ha propuesto un proyecto de ley que criminaliza la modificación del clima, afirmando que sus electores se oponen a cualquier intento gubernamental de alterar la radiación solar o el clima.
Desinformación y su impacto legislativo
La raíz de esta legislación puede rastrearse hasta la creciente desinformación que se ha infiltrado en el discurso político. Testimonios de ciudadanos que mencionan “estelas en el cielo” han alimentado miedos infundados sobre programas de control del clima, como los «chemtrails», que sugieren la presencia de sustancias tóxicas rociadas desde aeronaves. El proyecto de ley en Kentucky también menciona la inyección de aerosoles estratosféricos, una técnica futurista que aún se encuentra en fase de investigación y que busca mitigar los efectos del cambio climático.
La legislación en Kentucky sigue el ejemplo de Tennessee, el primer estado en aprobar una medida similar. Expertos como Edward Parson, profesor de derecho ambiental en UCLA, advierten que estas leyes buscan prohibir algo que no está ocurriendo. A medida que más estados contemplan estas normativas, existe el riesgo de que la población sea inducida a creer que se trata de un problema legítimo y relevante.
Los proyectos de modificación del clima, como la siembra de nubes, han demostrado ser beneficiosos en ciertas regiones al ayudar a gestionar la precipitación y reducir pérdidas agrícolas. Sin embargo, las prohibiciones generales corren el riesgo de obstaculizar investigaciones que podrían resultar valiosas en el contexto de un cambio climático creciente, donde los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes.
La creciente retórica escéptica sobre el clima y las iniciativas para silenciar la ciencia han aumentado desde el inicio de la segunda administración de Donald Trump, afectando incluso a niveles locales como concejos municipales y juntas escolares. Expertos como Dana Willbanks, del Climate Science Legal Defense Fund de la Universidad de Columbia, advierten que es probable que veamos un aumento en propuestas legislativas tan extremas como estas.
