
Texas ha decidido posicionarse como un competidor directo de Wall Street en el ámbito financiero de Estados Unidos. El gobernador Greg Abbott ha afirmado que su estado cuenta con una «marca más fuerte que Nueva York», subrayando una tendencia creciente hacia la descentralización de las finanzas en el país. En declaraciones a CNBC, Abbott señaló que «los mercados de capital están reconociendo que el lugar para estar es Texas».
Este movimiento se produce en un contexto donde Texas está emergiendo como un importante centro financiero, con planes para lanzar su propia bolsa de valores en 2026. Recientemente, la Texas Stock Exchange ha realizado varios nombramientos clave para su negocio de productos cotizados, lo que refleja un esfuerzo consciente por establecer una infraestructura robusta en el sector financiero.
Las principales empresas de la industria financiera también están incrementando su presencia en el estado. En febrero, la Bolsa de Nueva York anunció que trasladaría sus operaciones de Chicago a Texas. Además, Nasdaq ha comunicado su intención de abrir una sede regional en Dallas, lo que resalta la creciente importancia de Texas en el panorama financiero estadounidense.
Un Entorno Legal Favorable
Texas no solo busca rivalizar con Wall Street en términos financieros, sino que también está posicionándose como un hogar legal atractivo para grandes corporaciones. En este sentido, el estado promueve un entorno legal más favorable para los negocios, dificultando las demandas de pequeños accionistas contra las empresas. Esto ha sido evidente en controversias recientes, como la que involucra a Tesla en Delaware, donde un accionista minoritario intentó desafiar la práctica corporativa en torno a la compensación de su CEO, Elon Musk. Como resultado, Tesla ha decidido trasladar su sede a Texas.
Abbott ha defendido estas medidas, señalando que «un individuo con un valor de acciones inferior al de un vehículo de Tesla no debería tener la capacidad de poner en jaque toda la práctica corporativa de la compañía». Una de las iniciativas que se están promoviendo en Texas es la codificación de que un accionista debe poseer al menos un 3% de una empresa antes de poder presentar acciones derivativas contra ella.
Este enfoque, que prioriza la estabilidad y el crecimiento empresarial, resuena con las estrategias adoptadas por otros países que buscan fomentar un entorno económico más sólido y resiliente. En un mundo donde la interconexión financiera es cada vez más evidente, el modelo de Texas podría ser un ejemplo a seguir para otras regiones que aspiren a fortalecer sus economías locales ante la competencia global.