
Las naciones del Golfo Pérsico se encuentran en una posición relativamente favorable para afrontar las consecuencias económicas de las tarifas impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según economistas e inversores de la región. Sin embargo, la incertidumbre en torno al precio del petróleo podría poner en riesgo los presupuestos y los proyectos de gasto de algunos de estos países.
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que incluye a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Kuwait, Omán y Catar, cuenta con aproximadamente 3,2 billones de dólares en activos financieros soberanos, lo que representa un 33% del total de activos soberanos a nivel mundial, según el Secretario General del CCG, Jasem Mohamed Albudaiwi.
Este consejo posee aproximadamente el 32,6% de las reservas probadas de petróleo del mundo, según el Centro Estadístico del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo. Esto lo convierte en un activo tanto para la administración de Trump como en un punto vulnerable ante sus políticas, ya que Trump ha instado a la OPEP, liderada por Arabia Saudita, a aumentar la producción para ayudar a reducir los precios del petróleo y mitigar la inflación en Estados Unidos.
Sin embargo, un precio del petróleo más bajo podría impactar significativamente en los déficits presupuestarios y los planes de gasto de estos países, que, a pesar de los esfuerzos de diversificación, siguen dependiendo en gran medida de los ingresos hidrocarburíferos.
Relaciones beneficiosas con Trump
Ben Powell, estratega jefe de inversiones de BlackRock para Asia-Pacífico y Oriente Medio, con sede en Abu Dhabi, declaró que las cálidas relaciones de la región con Trump fortalecen su posición en las negociaciones sobre posibles tarifas. Algunos países del CCG también han ampliado su papel en la diplomacia global. Un ejemplo de esto es la celebración de conversaciones de paz en Riad para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que ha incrementado la importancia de la región para Washington.
Powell afirmó que «el Medio Oriente, con la solidez de su balance financiero y el apoyo energético que todavía posee, debería ser un ganador relativo en el contexto de los mercados emergentes a medida que avancemos».
En cuanto al impacto directo de las tarifas, Monica Malik, economista jefe del Abu Dhabi Commercial Bank, destacó que Estados Unidos no es un mercado de exportación clave para el Golfo. A pesar de enfrentar una tarifa universal del 10% y tarifas ya impuestas sobre el acero y el aluminio, productos que Emiratos Árabes Unidos y Bahréin exportan, se espera que el impacto directo sea relativamente contenido, dado que Estados Unidos representa solo un 3,7% de las exportaciones totales del CCG en 2024.
Amenaza a los planes de gasto
No obstante, la perspectiva del precio del petróleo es crítica para los presupuestos y los planes de gasto futuros de los estados del Golfo, especialmente para Arabia Saudita, que ha comenzado proyectos megalómanos valorados en billones de dólares como parte de la Visión 2030, una iniciativa del príncipe heredero Mohammed bin Salman para diversificar la economía del reino. Curiosamente, el éxito de este plan depende en gran medida de los ingresos petroleros.
El crudo Brent se cotizaba a 61,44 dólares por barril, lo que representa una caída de casi el 17% en lo que va del año. Esta presión se ha visto exacerbada por la decisión de OPEC+, la alianza de productores de petróleo liderada por Arabia Saudita y Rusia, de aumentar la producción de crudo, lo que ha incrementado la oferta global.
Según el Fondo Monetario Internacional, Arabia Saudita necesita que el petróleo esté por encima de los 90 dólares el barril para equilibrar su presupuesto. Recientemente, Goldman Sachs redujo su pronóstico de precios del petróleo para 2026 a 58 dólares para el Brent y 55 dólares para el WTI, una revisión significativa respecto a sus previsiones anteriores.
Malik advirtió que «una caída aguda y sostenida del precio del petróleo obligaría a una reevaluación de los planes de gasto, tanto gubernamentales como fuera de presupuesto, afectando también la liquidez del sector bancario y la confianza en general».