
Las recientes advertencias de analistas económicos sobre el futuro financiero de Arabia Saudita han puesto de manifiesto la fragilidad de sus proyecciones económicas en un contexto global incierto. Según un economista de Goldman Sachs, se espera que los precios del petróleo, que han caído considerablemente, afecten drásticamente el déficit presupuestario del reino, que podría más que duplicarse en 2024.
La economía saudí, fuertemente dependiente de los ingresos del petróleo, se enfrenta a la necesidad de diversificarse. La iniciativa Vision 2030, presentada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, busca transformar el país a través de proyectos ambiciosos como Neom, un megacomplejo en el desierto que promete ser un centro de innovación y desarrollo. Sin embargo, el costo de estos proyectos es monumental, estimándose en hasta 1.5 billones de dólares.
La presión económica y sus implicaciones
Con un presupuesto que requiere precios del petróleo superiores a 90 dólares por barril para equilibrarse, la reciente revisión a la baja de las proyecciones de precios por parte de Goldman Sachs, que ahora sitúa el precio del Brent en 62 dólares por barril, podría llevar a Arabia Saudita a un déficit que oscilaría entre 70 y 75 mil millones de dólares. Esta situación obligará al reino a explorar opciones como el aumento de la deuda o la reducción de gastos, lo que podría tener repercusiones en su economía interna y en su posición en los mercados internacionales.
A pesar de que el ratio de deuda a PIB de Arabia Saudita es relativamente bajo en comparación con economías occidentales, la capacidad para emitir deuda adicional es limitada. Esto significa que el reino deberá considerar medidas como recortes en su gasto público, aumentos impositivos o la venta de activos estatales, lo que podría incluir a gigantes como Saudi Aramco.
A pesar de estos desafíos, Arabia Saudita cuenta con reservas de divisas significativas, que alcanzan los 410.2 mil millones de dólares, lo que le proporciona cierto margen de maniobra. Las reformas implementadas para atraer inversiones extranjeras y diversificar los ingresos también han sido destacadas por agencias de calificación, que mantienen una perspectiva positiva sobre la economía saudí.
Las circunstancias actuales subrayan la importancia de una gestión prudente y estratégica que permita al reino enfrentar las adversidades económicas sin caer en crisis profundas. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, será crucial observar cómo el liderazgo saudí navega en un entorno global cada vez más complejo.