Madeira, ese paraíso portugués conocido por su clima soleado y su belleza natural, ha sido un destino turístico favorito durante años. Sin embargo, la afluencia masiva de visitantes en temporada alta ha comenzado a provocar un deterioro en sus frágiles ecosistemas. Para contrarrestar esta situación, la empresaria Stella Kamba, fundadora de la compañía de viajes activos More Life Adventures, está promoviendo un cambio de mentalidad en los turistas, invitándoles a redescubrir la isla como un centro de aventura y exploración, especialmente en las temporadas menos concurridas.
Un destino de aventura en temporada baja
Kamba describe Madeira como un «paraíso no cantado» para los amantes de la aventura, destacando su diversidad de experiencias en un espacio relativamente compacto. Desde escalar picos que alcanzan los 1,800 metros hasta practicar canyoning en sus exuberantes paisajes interiores, la isla ofrece un sinfín de actividades que la convierten en un destino único en Europa. La empresaria sugiere que los mejores momentos para visitar son de febrero a marzo y de septiembre a noviembre, cuando el turismo es menos intenso y la naturaleza se encuentra en su apogeo.
Un ejemplo de la riqueza natural de Madeira es el sendero Pico a Pico, que permite a los viajeros ascender a dos de los picos más altos de la isla: Pico Ruivo y Pico do Areeiro. Este recorrido de 12,2 kilómetros puede completarse en aproximadamente 3.5 horas y, aunque presenta ciertos desafíos, es accesible para cualquier persona con un nivel de forma física razonable. Durante la caminata, los excursionistas pueden disfrutar de vistas panorámicas de montañas y valles cubiertos de nubes, así como de antiguos flujos de lava y árboles de laurel.
Otro lugar destacado es Faja dos Padres, una zona costera aislada que se asemeja a un jardín del Edén moderno. Accesible solo en barco o mediante un teleférico que desciende dramáticamente por un acantilado, esta área alberga plantaciones de mango, plátano y aguacate, protegidas por un microclima único. La belleza de este enclave natural invita a la reflexión y al descanso.
Para aquellos que buscan una experiencia más intensa, el canyoning en el interior de la isla ofrece la oportunidad de conectar con la naturaleza salvaje de Madeira. Kamba considera que la isla es uno de los mejores lugares de Europa para esta actividad, que incluye deslizamientos por toboganes naturales y saltos en pozas antes de nadar a través de cañones bañados por la luz del sol. La vegetación exuberante y las cascadas crean un escenario impresionante que combina asombro y adrenalina.
Por último, la experiencia de buceo a lo largo de la costa de Madeira es un imperdible. Las aguas transparentes y la diversidad de vida marina, que incluye desde barracudas hasta caballitos de mar, hacen de esta actividad una de las más recomendadas. La playa de Reis Magos es especialmente conocida por su calidad, siendo apta tanto para buceadores experimentados como para principiantes.
