
Un estudio reciente publicado en la revista Nature Ecology and Evolution sugiere que la selva amazónica podría sobrevivir a sequías prolongadas provocadas por el cambio climático, aunque esta adaptación conllevaría un alto coste medioambiental. Según los investigadores, la capacidad del bosque para actuar como un importante sumidero de carbono se vería gravemente comprometida.
Las conclusiones del estudio indican que algunas áreas de la Amazonía podrían perder gran parte de sus árboles más grandes en un mundo más cálido y seco. Esta pérdida no solo liberaría cantidades significativas de carbono almacenado en la vegetación, sino que también reduciría la capacidad del bosque para absorber emisiones de gases de efecto invernadero, una función crucial en la lucha contra el cambio climático.
Impacto del estudio a largo plazo
La investigación, que se desarrolló a lo largo de 22 años en una parcela de un hectárea en el noreste de Brasil, reveló que la mayor parte de los árboles más grandes de la zona murió en los primeros 15 años del experimento. Tras esta drástica pérdida, el bosque mostró signos de estabilización, con un aumento en la disponibilidad de agua para los árboles sobrevivientes, que experimentaron un estrés hídrico similar al de los árboles en selvas cercanas no sometidas a sequía.
A pesar de que el área de estudio perdió más de un tercio de su biomasa total, la cantidad de biomasa restante es superior a la de muchos bosques secos y sabanas. Esto sugiere que, aunque la selva amazónica puede tener cierta resiliencia a las condiciones más secas, el coste de esa adaptabilidad es alto y las implicaciones son serias. Los investigadores advierten que la cantidad de biomasa que podría perder la Amazonía, así como el tiempo necesario para su estabilización, podría estar subestimada, ya que el estudio solo evaluó los efectos de la sequía en el suelo.
El equipo de investigación, liderado por los profesores Patrick Meir de la Universidad de Edimburgo y Antonio Carlos Lôla Da Costa de la Universidade Federal do Pará, junto con otros colaboradores de diversas instituciones, recalca la necesidad de realizar estudios adicionales para comprender mejor otros impactos que podrían surgir, como cambios en la humedad del aire, la temperatura y los efectos acumulativos de factores climáticos como tormentas o incendios.
Los hallazgos del estudio subrayan la importancia de llevar a cabo investigaciones a largo plazo y colaborativas para poder predecir las respuestas ecológicas al cambio climático, que pueden tener repercusiones significativas tanto a nivel local como global. La supervivencia de la Amazonía en un futuro incierto dependerá de la atención que se preste a estos desafíos ambientales y de la voluntad política para abordar las causas del cambio climático.