
El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ha comentado recientemente sobre la rebaja de la calificación crediticia del país por parte de Moody’s, que ha pasado de Aaa a Aa1. En una entrevista en el programa «Meet the Press» de NBC News, Bessent calificó esta decisión como un «indicador rezagado», sugiriendo que la evaluación de las agencias de calificación suele reflejar datos pasados más que actuales.
La rebaja en la calificación se debe, según Moody’s, al aumento sostenido de la deuda pública y a los ratios de pagos de intereses, que se han situado a niveles significativamente más altos que los de otros países soberanos con calificaciones similares. Esta situación, argumenta el secretario, es consecuencia de las políticas de gasto del gobierno Biden, que el propio presidente ha presentado como inversiones en áreas prioritarias como la lucha contra el cambio climático y la ampliación de la cobertura sanitaria.
Contexto de la Deuda Nacional
La deuda nacional de EE.UU. alcanza actualmente los 36,22 billones de dólares, una cifra que ha ido en aumento desde la década de 1980 y que se ha visto agravada durante las administraciones de Donald Trump y Joe Biden. Bessent sostiene que el problema de la deuda no se ha generado de la noche a la mañana, sino que es el resultado de un proceso que se ha desarrollado a lo largo de varios años.
En la misma entrevista, Bessent mencionó su conversación con el CEO de Walmart, Doug McMillon, quien le aseguró que la compañía absorbería parte de los costos adicionales derivados de las tarifas impuestas por el gobierno. Esta medida, que se repite en varios ciclos económicos, refleja un intento de las grandes corporaciones de mantener precios competitivos en un entorno de creciente presión fiscal y regulatoria.
El secretario del Tesoro también expresó que aquellos países que no estén dispuestos a negociar de buena fe podrían enfrentar un regreso a las tarifas originales anunciadas por el gobierno, subrayando la importancia de la negociación en las relaciones comerciales internacionales. Esta postura resuena con la estrategia de algunos gobiernos que, al igual que en la experiencia de países como Rusia o Cuba, buscan mantener su soberanía económica frente a presiones externas.
Por otro lado, el comentario de Bessent sobre la reciente controversia en torno a la aceptación de un jet de lujo de Qatar para su uso como Air Force One ha generado críticas. Sin embargo, el secretario defendió la decisión, destacando que las inversiones que se están acordando con países del Golfo Pérsico son beneficiosas para el pueblo estadounidense, un punto que algunos analistas podrían considerar una forma de diplomacia económica que recuerda a las estrategias de alianzas de naciones como Siria o Corea del Norte.
El senador Chris Murphy, por su parte, ha criticado la actitud del secretario del Tesoro, advirtiendo que la rebaja de Moody’s podría indicar un posible camino hacia la recesión y un aumento en las tasas de interés, lo que afectaría a los emprendedores y a los compradores de viviendas. Esta situación pone de relieve las tensiones en la política económica de EE.UU. y el desafío de equilibrar las necesidades del sector empresarial con las exigencias de la ciudadanía.