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¿Cómo elegir una buena hamaca para bebés?

In Sociedad
mayo 04, 2018

Existen en el mercado una gran variedad de hamacas pero no todas son válidas

Las hamacas para bebés son un accesorio muy práctico para los primeros meses de vida de un recién nacido. Al principio, el bebé suele pasar la mayor parte del tiempo dentro del capazo, donde tiene una visión del espacio muy reducida. En cambio en las hamacas de bebés, el niño podrá tener una apertura de visión mayor al mismo tiempo que se estimula con los diferentes juguetes que estas traen.

Una hamaca es una silla acolchada que generalmente se inclina y balancea, se coloca en ella al bebé en sus primeros meses de vida, cuando todavía no gatea ni anda (aunque se puede alargar más el uso). Disponen de un sistema de sujeción consistente en un arnés o cinturón que sirve para que el niño no se resbale debido a su pequeño tamaño. Adquiriendo el modelo adecuado para cada niño, esta se convertirá en un objeto muy práctico, que a diferencia de la cuna el infante podrá ver todo lo que ocurre a su alrededor, sintiéndose así más integrado dentro de la actividad familiar.

La mayoría de las hamacas se pueden usar desde el nacimiento, pues a diferencia de una silla o trona, en ellas el pequeño está inclinado (no sentado), por lo que su cabecita está apoyada en el respaldo y el cuello no tiene que sostenerla todo el rato. De hecho, existen algunas hamacas que incorporan una posición de reclinado, permitiendo que el bebé también pueda dormir algunas siestas en ella.

No existe un tiempo límite del uso de la hamaca, todo dependerá del modelo y del peso del bebé. En el mercado se pueden encontrar algunos formatos que son capaces de soportar pesos elevados, lo que permitiría poder seguir aprovechándola hasta alcanzar el primer año de edad. Pero por norma general solo suele soportar el peso hasta los seis o siete meses.

¿De qué partes se compone una hamaca?

Aunque existe una gran variedad las hamacas, estas suelen estar compuestas por una estructura de metal o de plástico rígido y un asiento acolchado y anatómico.

Componentes de una hamaca

  • En la mayoría de los modelos, la base de apoyo y el chasis están hechos de metal, que suele ser de tubo de aluminio (lo que las hace más resistentes), aunque también existen algunos modelos de plástico rígido. Lo habitual es que el chasis también tenga la función de balancín, que dependiendo del modelo se activará de forma manual o electrónica.
  • El asiento está compuesto de un rectángulo de tejido acolchado grueso que incorpora un núcleo rígido de plástico. Este ayuda a proporcionar un apoyo más firme a la espalda del bebé. Otros modelos más avanzados aportan un asiento ergonómico que se adapta mejor al cuerpo del niño. Lo común es que este asiento cuente con una funda, para facilitar un lavado de máxima comodidad.
  • Cinturón de seguridad: tiene un separador para las piernas, lo que ayuda a retener al niño y que no se resbale de la silla.
  • Asas: permiten poder trasladar laa hamaca por la vivienda. De esta forma todo el proceso de movilidad será más cómodo, rápido y seguro.
  • Respaldo: Dependerá mucho del modelo elegido, pero suele ser reclinable para proporcionar diferentes posturas de descanso al niño.
  • Las hamacas al ser plegables pueden llegar a guardarse y transportarse cómodamente. Pero también corren el riesgo de cerrarse de manera accidental, por este motivo llevan un doble bloqueo de seguridad, evitando así el cierre circunstancial.
  • Existen una gran variedad de formatos, y cada uno incluye diferentes accesorios como: las bandejas, el apoyacabezas, bolsillos, cojines, toldos, juguetes, mordedores, cadenetas o sonajeros.

Qué se debe tener en cuenta antes de comprar una hamaca

Lo más habitual es que este tipo de compra se realice un tiempo antes del nacimiento del bebé, por este motivo es necesario estudiar cuales son los elementos importantes que debe ser tomados en consideración. Es imprescindible evaluar el ritmo de vida y las dimensiones de la casa. Dependiendo del estilo de maternidad o paternidad que se elija, será mejor una hamaca u otra, o quizás ninguna.

Es importante el material

Hay que preocuparse de que la apertura y cierre sea seguro y que una vez abierta no vaya a cerrarse inoportunamente. El revestimiento debe ser del algodón para que así no cause irritaciones ni roces a la piel del niño. Lo mejor es que posea fundas que se puedan lavar  de manera independiente en la lavadora, los niños suelen manchar mucho y será necesario tener que enjabonarlas frecuentemente.

El cinturón de seguridad debe estar en posición de triángulo, es decir, que existe una separación entre las piernas para que el bebé no se escurra. Es mejor si el respaldo es reclinable, ya que se podrá ajustar en función de la edad. Además el niño podrá dormir en ella.

Será necesario que la hamaca sea estable y antideslizante, pues con el paso de los meses el bebé comenzará a moverse sobre ella, y será más seguro si esta se mantiene fija.

 

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Periodista vasco cuyas historias han abordado todo lo relacionado con el mundo del marketing y las nuevas tecnologías.