La isla de Hvar, un conocido destino turístico en Croacia, ha tomado medidas recientes para transformar su imagen, alejándose de la fama de ser un lugar de fiesta y adoptando un enfoque más orientado hacia el turismo familiar y sostenible. Este cambio de dirección ha sido respaldado por las autoridades locales, quienes buscan mantener un equilibrio entre la actividad turística y el bienestar de los residentes.
La reciente votación del consejo municipal de Hvar ha establecido restricciones de ruido durante la temporada estival, limitando el volumen a 85 decibelios, un nivel comparable al de un restaurante ruidoso. Esta decisión afecta significativamente a los clubes y bares al aire libre, que durante años han sido el corazón de la vida nocturna de la isla. Los propietarios de estos negocios han expresado su descontento, argumentando que tales restricciones podrían perjudicar gravemente su actividad económica.
Las nuevas normativas también incluyen regulaciones sobre la vestimenta y el comportamiento de los turistas. Aquellos que infrinjan estas normas pueden enfrentarse a multas de hasta 700 euros. Las sanciones abarcan conductas consideradas inapropiadas, como el consumo de alcohol y drogas en espacios públicos, así como comportamientos desordenados. La intención de estas medidas es fomentar un turismo más respetuoso y consciente, que beneficie tanto a los visitantes como a la comunidad local.
Un enfoque hacia el turismo sostenible
El CEO de una plataforma de alquiler de villas de lujo, Darijo Šarić, ha destacado que la reputación de Croacia como destino turístico se está transformando. El país, que anteriormente se centraba en el turismo de fiesta, ahora busca ofrecer un ambiente más relajado, culturalmente rico y atractivo para las familias. Este cambio de paradigma se alinea con las tendencias globales que priorizan un turismo responsable, capaz de preservar el patrimonio natural y cultural de las regiones.
A medida que Croacia avanza hacia este nuevo modelo, es importante que los turistas comprendan y respeten las normas establecidas. Las multas, lejos de ser un castigo, están diseñadas para disuadir comportamientos negativos y asegurar que Croacia siga siendo un destino seguro y acogedor. La protección del entorno natural también es un aspecto crucial, ya que se imponen sanciones severas por la recolección de especies en peligro de extinción y por la alteración del ecosistema local.
En este sentido, Hvar se convierte en un ejemplo de cómo los destinos turísticos pueden evolucionar en respuesta a las necesidades de sus comunidades, buscando un equilibrio entre el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. Esta tendencia no solo es positiva para los residentes, sino que también ofrece a los turistas la oportunidad de disfrutar de una experiencia más auténtica y enriquecedora.
