La educación debe ser una de las partidas más ricas en cuanto a recursos en el presupuesto de un país. Con una educación y unos niveles formativos avanzados, los países se garantizan la estabilidad de su territorio y su crecimiento como sociedad, pues estarán formando a futuros profesionales bien cualificados y que respetan los códigos de comportamiento y materias tan sensibles como los derechos humanos.
En España y desde la llegada de la democracia, la educación ha sido siempre utilizada como un arma política, muestra de ello son las numerosas leyes educativas promulgadas en apenas 40 años, muchas de ellas ni siquiera han estado en vigor más de cinco años.
Los intentos de mejorar las fórmulas educativas para formar a jóvenes válidos durante la etapa adulta son continuos, pero existen métodos diseñados hace décadas que siguen mostrándose como eficaces y muy efectivos, siempre que se desarrollen en un ambiente acorde a las situaciones de cada comunidad educativa.
Uno de estos métodos es el conocido como método Montessori, ideado por la educadora italiana María Montessori a principios del siglo XX que tiene por objetivo desarrollar en los pequeños la independencia, el pensamiento crítico y el desarrollo físico y social. Los principios más destacados de esta metodología están desarrollados en el libro que lleva por título «El método Montessori», publicado en 1924.
¿En qué consiste en método Montessori?
La metodología Montessori tiene muchos principios, dependiendo de quien ponga en práctica el sistema Montessori se puede hablar de cinco conceptos básicos, ocho y hasta 50. En cualquier caso, la fundadora del mismo recoge que las enseñanzas del método Montessori deben estar basadas en cinco ideas claves (insistimos, algunos formadores y educadores utilizan más principios para ofrecer las mismas ideas):
– El respeto hacia niños y niñas
– Aprender a través de la experimentación
– Conocer los periodos sensibles
– Saber qué importancia tiene el ambiente
– El papel de los adultos en la enseñanza de los pequeños
El respeto hacia los demás
Ya sea haciendo uso de los principios desarrollados por Montessori o en cualquier otra formulación educativa, el respeto es pieza clave para el desarrollo de una sociedad.
En concreto en este sistema educativo se potencia la idea del respeto hacia los alumnos para que ellos aprendan a comportarse de manera cívica y traten de igual a igual a cualquier persona.
Son, por tanto, nociones básicas de este principio: hablar a los pequeños como a uno más y tratarlos de igual a igual, valorar sus opiniones y deseos y no juzgarlos. A esto debemos añadir la escucha y observación activa y la comunicación no verbal, con el objetivo de que muestren al mundo lo que piensan de manera educada y razonada, sintiéndose cómodos con su forma de ser.
La experiencia como vía de camino hacia el conocimiento
Una segunda parcela de este sistema es la que tiene que ver con la experimentación. Los pequeños deben acercarse al mundo a través del aprendizaje empírico, para que vayan descubriendo las dificultades que supone alcanzar ese conocimiento y sus propias habilidades.
Mediante esta fórmula de aprendizaje, basada en el ensayo – error, los pequeños aprenden desde la experiencia cierto conocimientos. Los adultos deben permitir que los pequeños tomen decisiones que no siempre son acertadas, para que ellos mismos lleguen a conclusiones propias.
Los periodos sensibles de la infancia
Con este principio, Montessori describió periodos «sensibles» de los pequeños, en su etapa más infantil, en las que las capacidades de aprendizajes son más profundas.
Algunos periodos son la agudización de los sentidos, el lenguaje, la escritura, la relación con el espacio, el comportamiento social, el control de los esfínteres, la sensibilidad musical o el descubrimiento matemático, entre otros.
El ambiente de aprendizaje
Cuando se habla de ambiene de aprendizaje se hace referencia a la necesidad de que los pequeños crezcan en un ambiente que potencie el desarrollo de la experimenación y los periodos sensibles.
Es responsabilidad de los adultos crear las condiciones para desarrollar ambientes de este tipo: ordenados, amplios y prácticos. Unos ambientes adecuados ayudan a los pequeños a mejorar su capacidad de aprendizaje.
¿Qué papel juegan los adultos?
La orientadora Montessori insiste en el papel de los adultos como agentes acompañantes de los pequeños en su desarrollo. En todos los principios a desarrollar los papeles deben ejercer un rol transversal en donde el respeto, el trato agradable y el fomento de la experimentación y la opinión de los pequeños sea clave.
Para esto, es fundamental que los adultos trabajen por crear un clima de armonía que de pie a que los pequeños jueguen, investiguen y quieran conocer más sobre el mundo que les rodea.