Los tiempos cambian, y la prueba más clara de ello la tenemos en cómo vivimos el día a día. En la actualidad, internet y los dispositivos inteligentes prácticamente han tomado las riendas de todo. No salimos a la calle sin nuestro teléfono móvil, ni tampoco podemos tener un teléfono sin que este pueda conectarse a la red de redes. El panorama actual está totalmente marcado por la tecnología.
Y eso es algo que está llevando a muchos profesionales a hablar de un nuevo tipo de Feudalismo. Y no, no es precisamente el que se estudia en la asignatura de Historia, ni el que se vivió hace siglos. Es uno que a día de hoy está siendo capitaneado por las compañías más grandes del mundo, esas que lideran el sector digital, el de las compras por internet o incluso el de las redes sociales y las nuevas tecnologías. Así, de hecho, lo han defendido el politólogo Luis Moreno y el cosmólogo Raúl Jimenez en la presentación de su último proyecto conjunto.
Una perspectiva que queda a la vista en el mismo instante en el que se miran los acuerdos entre gobiernos de diferentes países con estas compañías. Google, Facebook, Apple y Amazon son de las empresas más potentes que hay, ya no solo por el capital económico del que disponen y por su presencia en el panorama internacional, sino también porque son las que lideran el panorama digital actualmente. ¿O acaso te has conectado alguna vez a internet sin usar nada que tenga que ver con alguna de estas firmas?
Su masificada presencia, sobre todo en lo que respecta a medios digitales, es lo que hace que poco a poco estén ganando una fuerza imposible de detener. Tan solo tenemos que ver cómo la implantación de la tasa Google en España ha generado importantes críticas de diferentes sectores, y todo por querer llevar un mayor control fiscal de una de las empresas que más dinero genera en nuestro país. De hecho, la propia firma anunció que podría tomar medidas en caso de que sus obligaciones fiscales en territorio español aumentaran demasiado.
Los cuatro gigantes de internet, y del mundo entero
Si nos detenemos en el periodo que abarca los años 2017 y 2018, podemos ver cómo estas firmas se han posicionado todavía más como gigantes internacionales. En 2018, Amazon triplicaba sus beneficios con un total que casi rozaba los 9.000 millones de euros anuales. Por su parte, Google cerraba el mismo año con un incremento del 143% en sus beneficios, o lo que es lo mismo, con un total de 30.736 millones de dólares en beneficios.
Apple y Facebook no les andaron muy a la zaga durante esos años. Los de Cupertino facturaron la friolera de 265.595 millones de dólares en el ejercicio de 2018, mientras que la empresa de Zuckerberg, ya en 2017, alcanzaba una facturación de 40.653 millones de dólares en una carrera meteórica ascendente. De hecho, el caso de Facebook llama poderosamente la atención porque, a pesar del escándalo de Cambridge Analytica en 2019, del que salió con una potente indemnización económica, la compañía no ha hecho más que crecer desde entonces.
La relevancia del gigante, la presión del pequeño
La situación de estas empresas en el panorama internacional es, como poco, relevante. Este cuarteto de firmas lidera el sector tecnológico por su enorme presencia en el mundo entero, y es que son auténticos referentes que se han posicionado como la vanguardia sobre todo por su influencia en la red de redes. De hecho, no hay que mencionar siquiera la importancia que tiene Google en todo lo que tiene que ver con navegar por internet.
Pero su situación hace que la realidad que rodea a estas firmas sea más llamativa todavía. Volvemos a apuntar al concepto de feudalismo y a los privilegios de los señores feudales frente al resto debido a su posición. Por extraño que parezca, en el siglo XXI son precisamente estas firmas las que más se asemejan a aquellos mandamases de hace siglos por sus derechos y privilegios en todas partes del mundo.
Como muestra, podemos centrarnos en el panorama nacional, en España. Aquí, si cogemos a la empresa más pequeña del Ibex 35, podemos ver que declara y paga tantos impuestos como los que declaran y pagan en nuestro país Amazon, Google y Facebook… ¡Juntas!
Privilegios a nivel fiscal que dejan clara la diferencia que hay entre estas firmas y el resto, y más a sabiendas del capital que mueven tanto dentro como fuera de nuestro país. No imponen normas a los demás, o al menos no de forma directa como hace siglos, pero su presencia y sus estrategias son capaces de alterar el panorama financiero y económico de diferentes países con una facilidad pasmosa. Por eso, puede que no sea como antes, pero el feudalismo ha vuelto, de hecho ha evolucionado a algo que podríamos catalogar como feudalismo digital.