La Agencia Central de Inteligencia Norteamericana (CIA) está llevando a cabo una campaña de desinformación, según la cual, el Covid-19, conocido popularmente como coronavirus, es originario de China, y Rusia estaría tratando de hacer creer que la pandemia es resultado de un complot estadounidense.
Por su parte, la agencia Reuters reporta que el Servicio Europeo de Acción Exterior (European External Action Service) redactó un documento confidencial de 9 páginas donde acusa a Rusia de haber divulgado 80 noticias tendenciosas (fake news) para sembrar el pánico en los países de la Unión Europea.
Según el East StratCom, un equipo que depende del Servicio Europeo de Acción Exterior dedicado a la comunicación proactiva de las políticas y actividades de la Unión Europea en Rusia, la supuesta «campaña rusa» se apoyaría en la publicación en Oriental Review de un artículo del universitario australiano Binoy Kampmark y de un análisis de Alexander Dugin publicado en Geopolítica. Sin embargo, nada permite acusar a estos dos autores de haber deformado la verdad. No existen más evidencias de la supuesta campaña rusa de noticias tendenciosas para sembrar el pánico en la Unión Europea.
La polémica sobre el origen del Covid-19 se inició el 12 de marzo, con un tweet de Zhai Lijian, vocero del ministerio del ministerio de Exteriores de la República Popular China. El funcionario chino se refería entonces a las declaraciones del virólogo estadounidense Robert Redfield, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés) ante una audiencia de la Comisión de Control y Reformas (House Oversight and Reform Committee) de la Cámara de Representantes.
CDC director Robert Redfield admitted some Americans who seemingly died from influenza were tested positive for novel #coronavirus in the posthumous diagnosis, during the House Oversight Committee Wednesday. #COVID19 pic.twitter.com/kk7q0bKE6p
— Global Times (@globaltimesnews) March 12, 2020
Robert Redfield afirmó que las autoridades sanitarias norteamericanas encontraron el Covid-19 en cadáveres de estadounidenses que supuestamente habían muerto de gripe, y el vocero del ministerio chino de Exteriores señalaba que cabía preguntarse si el virus apareció primero en Estados Unidos. Seguidamente solicitaba a las autoridades estadounidenses a dar muestra de transparencia, y confirmar la información aportada por Redfield, solicitud que ha quedado sin respuesta estadounidense.
El 23 de marzo, la embajada de la República Popular China en París, publicó en Twitter 3 preguntas dirigidas directamente a las autoridades de Estados Unidos:
- «Primera pregunta: ¿Cuántos casos de Covid-19 había entre los 20 000 muertos de la gripe que comenzó en septiembre pasado? ¿Estuvo tentado Estados Unidos de disfrazar de gripe la neumonía del nuevo coronavirus?
- La segunda pregunta tiene que ver con el repentino cierre, en julio pasado, del mayor centro de investigaciones de Estados Unidos sobre armas bioquímicas, en Fort Detrick (Maryland) [2]. Después del cierre de ese centro, apareció en Estados Unidos una serie de casos de neumonía o de una afección similar.
- Tercera pregunta: ¿Por qué varios altos funcionarios estadounidenses se deshicieron de numerosos títulos antes de la caída de las bolsas de valores, mientras aseguraban al público estadounidense que la epidemia de Covid-19 era controlable en Estados Unidos?»
La pregunta sobre el origen del coronavirus sigue sin respuesta, pero todo hace indicar que hay más yesca que la que arde.