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Implantes capilares, la revolución de las cabezas masculinas

In Salud
octubre 29, 2020

Los tiempos en los que los hombres estaban avocados a perder el pelo y quedarse calvos debido a la naturaleza genética de cada uno y a sus características personales, ha caducado. Hoy en día cualquier hombre puede acceder a un tratamiento de medicina estética llamado implante capilar, que no es otra cosa que un procedimiento que les devolverá su preciado cabello, para volver a sentirse bien. 

Cada vez son más los hombres que optan por realizarse un injerto capilar para subsanar su pérdida de cabello de forma permanente. Existen diversos procedimientos y diferentes metodologías en función del paciente y de la calidad del cabello que tenga. Las clínicas especializadas en este tipo de tratamientos han sufrido un gran auge, pero es importante conocer todos los detalles antes de plantearse pasar por quirófano para mejorar la melena. 

¿Qué es un injerto capilar?

Lo primero que hay que saber es en qué consiste un injerto, trasplante o implante capilar. Básicamente se trata de una cirugía con fines estéticos en la que se utilizan unidades foliculares de un área receptora del paciente y se trasladan y se injertan en el área receptora para que vuelvan a crecer. 

¿Quiénes pueden realizarse un implante capilar?

Este tratamiento está recomendado para todos aquellos hombres que deseen cambiar su imagen y dejar de ser calvos, o bien para aquellos que aún no han perdido todo su cabello, pero comienzan a notar que cada vez tienen menos densidad capilar. Igualmente, hay hombres que solo pierden pelo en determinadas zonas de la cabeza, como pueden ser la coronilla o en las sienes, comúnmente llamadas “entradas”. También son perfectos pacientes para este tipo de cirugía, puesto que se adelantan a que el problema sea mayor si se sigue perdiendo densidad capilar.

Procedimiento para un trasplante capilar

Aunque cada paciente debe ser evaluado por el médico especialista, y dependiendo del diagnóstico se le realizará un tipo de injerto u otro, lo cierto es que existen unos primeros pasos que son comunes, independientemente del tipo de técnica que finalmente utilice el cirujano. Es importante reseñar que el injerto capilar es indoloro, puesto que se emplea anestesia en la zona intervenida, para evitar incomodidades al paciente.

Para comenzar, se debe delimitar la línea frontal que será el límite del implante, siempre buscando que quede natural. Se extraen los folículos pilosos de la zona donante que suele ser o bien de la parte de atrás del cuero cabelludo o de los lados. 

Una vez extraídos estos folículos pilosos se conservan y se preparan para ser colocados en la zona receptora. A su vez, en la zona receptora se realizan unos microcanales que será donde se introduzcan los folículos previamente extraídos. El último paso es trasplantar e implantar estos folículos. 

Diferentes técnicas, un único propósito: la satisfacción del paciente

Hay diversas técnicas para realizar un injerto capilar, cada una de ellas responde a unas necesidades específicas del paciente y por supuesto al criterio del cirujano que realiza la intervención. 

Entre las más destacadas se pueden reseñar la Técnica FUE, que es la más utilizada por ser muy eficaz y sencilla. Apenas dura unas horas, dependiendo de la cantidad de cabello a trasplantar, y el paciente se puede volver a casa el mismo día.

Otra técnica es la FUE Zafiro. La diferencia con la anterior es que los micro canales abiertos en la zona receptora se realizan con hojas de zafiro, en vez de acero. Este material consigue surcos más finos y precisos y por ello el tejido se daña menos. Además, la recuperación es más rápida.

Por su parte, la Técnica HDI se diferencia de las dos anteriores en que la aguja utilizada tiene punta hueca, por lo que al extraerse el folículo este se introduce en la misma, y directamente es implantado sin tenerlo que someter al tratamiento previo de conservación. Esta técnica está recomendada a personas que no tengan mucha pérdida de cabello.