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Préstamos rápidos: una alternativa a la financiación tradicional

In Sociedad
octubre 16, 2024

Los préstamos y créditos son instrumentos de financiación que permiten superar la disponibilidad (o falta de) capital propio. Sin embargo, no todos estos instrumentos son iguales ni tienen las mismas ventajas: por ejemplo, en situaciones de urgencia, los prestamos rapidos permiten costear gastos impostergables que la financiación tradicional no tiene en cuenta.

¿Cómo funcionan los préstamos rápidos?

Los préstamos rápidos son una solución financiera expeditiva que suelen tramitarse de forma 100 % online. Asimismo, estos tienen condiciones de contratación que se dirigen a quienes necesitan ese dinero de forma urgente: los intereses, plazos de devolución e importes disponibles están pensados para responder a una solución inmediata.

Por lo general, estos préstamos no exigen demasiados requisitos, gracias a las plataformas online que los ofrecen, suelen adaptarse a las necesidades del solicitante: este selecciona la cantidad deseada y el plazo de devolución tras completar un formulario con los datos personales. Las solicitudes suelen demorar pocas horas en aprobarse y los fondos se emiten en el mismo día.

Las plataformas en línea además permiten que los usuarios comparen ofertas de varias entidades financieras de manera ágil, lo que simplifica aún más el proceso. Asimismo, estos préstamos son muy versátiles, ya que pueden emplearse para una multitud de propósitos: desde la refacción de un coche o una cañería hasta el pago de una factura médica.

Las entidades bancarias tradicionales también pueden intervenir en este proceso. En algunos casos, es posible utilizar ofertas de préstamos rápidos como referencia para negociar condiciones más favorables en bancos convencionales. Sin embargo, las condiciones de devolución de los bancos están atadas a su infraestructura de costos, por lo que no suelen ser accesibles.

¿En qué se diferencian los préstamos rápidos de los préstamos tradicionales?

Los préstamos rápidos se distinguen de los préstamos tradicionales en varios aspectos: su velocidad de aprobación, obviamente, pero también en cuanto a su flexibilidad y condiciones de devolución. En efecto, los préstamos tradicionales suelen implicar procesos de tramitación más largos y requisitos más estrictos, mientras que los préstamos rápidos están diseñados para resolver necesidades puntuales de dinero de forma urgente.

Una de las principales diferencias radica en el proceso de solicitud: para obtener un préstamo tradicional, es necesario completar una serie de formularios, presentar documentación y requisitos más exigentes y esperar su evaluación y aprobación. Por el contrario, al tratarse de montos relativamente bajos de dinero, los préstamos rápidos no son tan exigentes en cuanto a sus requisitos.

Los préstamos tradicionales hacen un análisis minucioso del historial crediticio del solicitante, exigen garantías o avales y, en muchos casos, requieren la contratación de un producto vinculado al banco (una tarjeta de crédito, una cuenta corriente, etc.). Los préstamos rápidos no suelen exigir garantías ni un historial crediticio impecable. Incluso es posible obtener un préstamo rápido estando en registros de morosidad como ASNEF.

La rapidez con la que se obtienen los fondos es otro factor diferenciador: mientras que un préstamo tradicional puede tardar varios días o incluso semanas en desembolsarse, los préstamos rápidos están diseñados para que el dinero esté disponible en pocas horas tras la aprobación. Esta inmediatez es fundamental cuando se enfrentan emergencias o imprevistos de índole financiera.

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Periodista vasco cuyas historias han abordado todo lo relacionado con el mundo del marketing y las nuevas tecnologías.