Washington ha sido el escenario de un importante anuncio relacionado con la dirección de la NASA. Jared Isaacman, un astronauta privado y CEO de Shift4 Payments, ha sido seleccionado por el presidente electo Donald Trump para liderar la agencia espacial estadounidense. Isaacman es conocido por sus misiones en SpaceX, incluyendo la primera caminata espacial financiada privadamente en septiembre, y su nombramiento refleja un enfoque más comercial en la exploración espacial.
Isaacman ha expresado su visión de una «economía espacial próspera» y ha prometido impulsar una era en la que la humanidad se convierta en una civilización verdaderamente espacial. Sin embargo, su mandato no estará exento de desafíos políticos, ya que se anticipa que deberá lidiar con la reducción de programas costosos y la necesidad de atraer a legisladores para aumentar el presupuesto de la NASA, que actualmente se sitúa en 25,000 millones de dólares.
Garrett Reisman, un astronauta retirado de la NASA y asesor de SpaceX, ha señalado que Isaacman «definitivamente empujará a la NASA, pero lo hará de manera positiva». Elon Musk, fundador de SpaceX, ha recomendado a Isaacman para el puesto y lo ha elogiado como un hombre de «alta capacidad e integridad».
Los objetivos de la administración Trump y Musk, que Isaacman deberá considerar, incluyen la revisión del programa Space Launch System (SLS), cuyo presupuesto ha superado los 24,000 millones de dólares, y la estación espacial Gateway, que está en desarrollo para orbitar la Luna. También se espera que otros proyectos, como el retorno de muestras de suelo de Marte y el programa Artemis, sean sometidos a un análisis crítico.
La estrategia de la NASA ha comenzado a cambiar, favoreciendo a empresas como SpaceX, que ofrecen soluciones más económicas y rápidas para el acceso al espacio, en contraste con el modelo tradicional de contratación de la NASA, que involucra a grandes corporaciones como Boeing y Lockheed Martin. Durante la presidencia de Trump, el exadministrador de la NASA, Jim Bridenstine, tuvo éxito en navegar por estos desafíos políticos y en aumentar la dependencia de la agencia en las empresas privadas.
Bridenstine ha instado al Senado a confirmar a Isaacman, destacando su «visión para empujar los límites» y su «récord probado de éxito en la industria privada». Desde el primer mandato de Trump, la NASA ha centrado sus esfuerzos en regresar a los humanos a la Luna, pero el programa Artemis, que utiliza el SLS para enviar astronautas y el cohete Starship de Musk para su aterrizaje, ha enfrentado sobrecostos y retrasos, con la meta de aterrizaje pospuesta hasta 2027.
La dependencia de la NASA en la cápsula Crew Dragon de SpaceX, que ofrece vuelos a la Estación Espacial Internacional a un costo más bajo que alternativas anteriores, ha reforzado la estrategia de ahorro de costos de la agencia. Esta situación también ha alimentado una cultura industrial que podría amenazar el futuro del SLS, que emplea a 28,000 trabajadores en todo el país.
Dan Stohr, CEO del grupo de la industria Coalition for Deep Space Exploration, ha comentado que Isaacman enfrentará desafíos significativos al liderar la NASA hacia el futuro, incluyendo limitaciones presupuestarias y necesidades de infraestructura. Bill Nelson, actual administrador de la NASA, ha expresado su optimismo sobre el futuro de la agencia bajo la administración de Trump, destacando que la relación entre Musk y el presidente electo podría favorecer el financiamiento de la NASA.
