La Corte Suprema de Estados Unidos ha optado por no pronunciarse sobre un caso que podría tener importantes repercusiones en el ámbito de la responsabilidad corporativa y la transparencia financiera. En esta ocasión, la corte evitó decidir si los accionistas podían continuar con una demanda colectiva contra la empresa de tecnología Nvidia, acusada de engañar a los inversores sobre la influencia del mercado de criptomonedas en sus ventas.
El tribunal desestimó la apelación de Nvidia a una decisión de un tribunal inferior que permitía que la demanda, presentada por la firma de gestión de inversiones E. Ohman J:or Fonder AB con sede en Estocolmo, avanzara. La decisión de la Corte Suprema se anunció en un breve comunicado sin explicación, dejando en pie la resolución del tribunal inferior.
Detalles del caso
El litigio se centra en si los demandantes lograron cumplir con el estándar legal elevado para presentar demandas por fraude en valores, establecido por la Ley de Reforma de Litigios de Valores Privados de 1995, que busca filtrar litigios frívolos. Los demandantes acusan a Nvidia y a su CEO, Jensen Huang, de violar la Ley de Valores de 1934, afirmando que durante 2017 y 2018 hicieron declaraciones que minimizaban incorrectamente cómo las compras relacionadas con criptomonedas habían contribuido al crecimiento de los ingresos de la compañía.
Desde 2017, con el aumento de precios de ciertas criptomonedas, los chips de Nvidia se volvieron cada vez más populares para la minería de criptomonedas, una actividad que implica realizar cálculos complejos para asegurar monedas digitales como bitcoin y ether. Sin embargo, a finales de 2018, con una caída en la rentabilidad de las criptomonedas, los ingresos de Nvidia no alcanzaron las proyecciones esperadas, lo que provocó una caída en el precio de sus acciones a principios de noviembre de ese año.
Los demandantes sostienen que Nvidia y sus altos ejecutivos ocultaron el impacto de la minería de criptomonedas en su negocio. La demanda busca compensaciones monetarias no especificadas, en parte para recuperar el valor perdido de las acciones de Nvidia en poder de los inversores.
En 2022, Nvidia llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses para pagar 5,5 millones de dólares por no revelar adecuadamente el impacto de la minería de criptomonedas en su negocio de videojuegos, aunque sin admitir ni negar las conclusiones de los reguladores federales. Un juez federal había desestimado la demanda, pero el 9.º Circuito de Apelaciones de EE. UU. la revivió, encontrando que los demandantes habían alegado adecuadamente que Huang hizo declaraciones «falsas o engañosas» de manera intencionada o imprudente.
Nvidia argumentó ante la Corte Suprema que los demandantes no habían demostrado de manera suficiente que las declaraciones corporativas en cuestión eran falsas o que la empresa había engañado a los inversores de forma intencionada o imprudente, como exige la ley. Por su parte, los demandantes respondieron que su demanda contenía alegaciones suficientemente sólidas, basadas en testimonios de ex-empleados, análisis de mercado y opiniones de expertos, para sobrevivir a la solicitud de desestimación de Nvidia y avanzar a la etapa de descubrimiento del litigio.
Es relevante señalar que la administración del presidente Joe Biden apoyó a los accionistas en este caso, lo que añade una capa adicional de complejidad al debate sobre la responsabilidad empresarial en el contexto de una economía cada vez más influenciada por las criptomonedas y la tecnología.
Este caso de Nvidia es uno de los dos que se presentaron ante la Corte Suprema en noviembre sobre el derecho de los litigantes privados a responsabilizar a las empresas por supuestos fraudes en valores. El otro caso involucraba a Meta, la empresa matriz de Facebook, y fue desestimado de manera similar por la corte el 22 de noviembre.