La negociación de los Presupuestos: un camino lleno de incertidumbres
El Gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a un panorama complejo en la negociación de los Presupuestos para 2025. Antes de iniciar formalmente las conversaciones con los grupos parlamentarios, desde Moncloa se está intentando difundir el mensaje de que la aprobación de las nuevas cuentas no es estrictamente necesaria. A pesar de la preocupación por una posible prórroga de los Presupuestos de 2023, que se repetiría por segundo año consecutivo, algunos miembros del Ejecutivo sostienen que el crecimiento económico mitigaría el impacto de no contar con un nuevo marco presupuestario. Sin embargo, esta situación también plantea interrogantes sobre la estabilidad de la legislatura en curso.
El rechazo de los Presupuestos por parte del Congreso tradicionalmente se ha asociado con la finalización de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones. Sin embargo, el Gobierno parece dispuesto a desafiar esta lógica, presentando las cuentas sin garantías de apoyo parlamentario. La única amenaza que podría desviar su hoja de ruta sería una moción de censura, aunque desde Moncloa se considera que tal escenario es poco probable. La relación con Junts, un socio clave en la investidura, se mantiene tensa, y cualquier intento de acercamiento por parte del PP y Vox podría resultar contraproducente para sus líderes.
En el contexto de la negociación, el Ejecutivo ha reconocido que existen varios escollos que deben resolverse antes de avanzar en los Presupuestos. La transferencia de competencias en materia de inmigración y el estatus del catalán como lengua oficial de la Unión Europea son algunos de los puntos críticos. A pesar de las dificultades, el Gobierno se muestra optimista y se ha marcado abril como fecha límite para alcanzar un acuerdo. Mientras tanto, se multiplicarán los gestos hacia los independentistas, lo que podría facilitar el diálogo y, en última instancia, la aprobación de unas nuevas cuentas públicas.