El Deutsche Bank, el mayor prestamista de Alemania, ha presentado recientemente resultados financieros que han dejado a los analistas sorprendidos por su rendimiento inferior al esperado. En el cuarto trimestre de 2024, el banco reportó un beneficio neto atribuible a los accionistas de 106 millones de euros, una cifra que contrasta notablemente con los 282,39 millones de euros pronosticados en una encuesta de analistas realizada por LSEG. Este resultado representa una caída drástica en comparación con los 1.461 millones de euros obtenidos en el trimestre anterior.
Los ingresos del banco alcanzaron los 7.224 millones de euros en el cuarto trimestre, superando levemente las expectativas de los analistas, que esperaban 7.125 millones de euros. Sin embargo, estos ingresos fueron significativamente afectados por los costos legales, que ascendieron a 594 millones de euros durante el mismo período. Esta situación pone de manifiesto cómo las cuestiones legales, en ocasiones relacionadas con eventos pasados, pueden influir de manera considerable en la salud financiera de una entidad bancaria.
Contexto y Proyecciones Futuras
James von Moltke, director financiero de Deutsche Bank, comentó en una entrevista que están insatisfechos con los gastos excepcionales y las sorpresas derivadas de litigios históricos, como el caso de la adquisición de PostBank en 2024, que generó unos costos netos de aproximadamente 900 millones de euros. No obstante, von Moltke también destacó que este tipo de problemas han quedado atrás, lo que modifica de manera dramática el perfil de riesgo de la entidad.
A pesar de la caída en los beneficios trimestrales, el banco ha anunciado un programa de recompra de acciones de 750 millones de euros, lo que podría interpretarse como una señal de confianza en su futuro. Además, Deutsche Bank ha establecido un nuevo objetivo para su ratio de coste-ingreso, que busca situarlo por debajo del 65% en este año, en comparación con el objetivo inicial del 62,5%.
Entre los otros aspectos destacados del cuarto trimestre se incluyen un beneficio antes de impuestos de 583 millones de euros, lo que representa una disminución del 17% en comparación con el año anterior, así como una provisión para pérdidas crediticias de 420 millones de euros, que también ha caído un 14% en términos interanuales. Por último, la ratio de capital CET 1, un indicador clave de la solvencia bancaria, se mantuvo en un 13,8%, sin cambios respecto al tercer trimestre.