Impacto de los relámpagos: cómo alteran la radiación en la atmósfera terrestre

In Ciencia y Tecnología
febrero 05, 2025

Las Partículas Cargadas y su Influencia en la Tierra

Un vasto número de partículas cargadas, como protones y electrones, se desplazan constantemente a miles de kilómetros sobre nuestras cabezas. Estos componentes fundamentales de la materia, que pueden alcanzar velocidades cercanas a la de la luz, generalmente permanecen a una distancia segura de la Tierra, atrapados por la forma del campo magnético terrestre. Sin embargo, en ocasiones, eventos cósmicos pueden alterar este equilibrio, permitiendo que electrones de alta energía penetren en la atmósfera terrestre. Estas partículas, que constituyen lo que se conoce como los cinturones de radiación de Van Allen, fueron oficialmente descubiertas en los primeros días de la era espacial. Recientes investigaciones han revelado que las ondas electromagnéticas generadas por los rayos pueden desencadenar lluvias de electrones hacia la atmósfera.

La historia del descubrimiento de estos cinturones se remonta a la década de 1950, durante el inicio de la carrera espacial. El profesor James Van Allen y su equipo en la Universidad de Iowa diseñaron un experimento para el primer satélite estadounidense, Explorer 1. Su objetivo era estudiar la radiación cósmica, proveniente de partículas de alta energía del Sol y otros cuerpos celestes. Tras el lanzamiento del satélite, se sorprendieron al detectar niveles de radiación mucho más altos de lo esperado, lo que condujo a la identificación de dos regiones en forma de doughnut que rodean nuestro planeta, compuestas por electrones e iones de alta energía. El cinturón interno, a unos 1,000 kilómetros de la superficie, se caracteriza por su estabilidad, mientras que el cinturón exterior, a una mayor distancia, presenta un comportamiento más dinámico que varía según la actividad solar.

Investigaciones recientes han explorado la relación entre fenómenos atmosféricos y la dinámica de estos cinturones de radiación. En un estudio liderado por un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado, se encontraron observaciones inesperadas relacionadas con la presencia de electrones de alta energía en el cinturón interno. Se demostró que las ondas electromagnéticas generadas por los rayos pueden interactuar con estas partículas, provocando su movimiento hacia la atmósfera. Se observó que los eventos de electrones se correlacionan con la actividad de rayos, especialmente después de tormentas geomagnéticas causadas por erupciones solares. Esta interconexión entre la actividad atmosférica y espacial ofrece una visión fascinante sobre la naturaleza dinámica de nuestro entorno, recordándonos la complejidad de los fenómenos que afectan tanto a la Tierra como al espacio circundante.

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