Cuando hablamos de comida saludable y de dieta, es inevitable el caer en lugares comunes como las dietas milagrosas que te ayudan a bajar rápidamente de peso. Las hay de todos los tipos, la que quitan todo, las que te dejan comer de todo, las que usan los días de la semana, las que usan la luna, el sol o las estrellas, la de los nombres exóticos y por supuesto, las norteamericanas. Pero cuando se trata de la pérdida de peso, un factor fundamental a considerar es el de la salud, ya que un cuerpo saludable debería ser el fin último, más allá de la estética. Si este tema te interesa, sigue leyendo, porque hablaremos largo y tendido de dietas, peso y salud.
Cuando hablamos de dietas, la primera consideración es que comer sano es ya, de por sí, un modo de adelgazar. La base de toda dieta es, además de un equilibrio, la eliminación de aquellos alimentos cuyos componentes no nos sirven, no aportan ninguna nutriente a nuestro organismo y los ingerimos simplemente por costumbre, porque nos dejamos llevar por la publicidad o porque no nos animamos a cambiar y optar por alternativas. En los últimos tiempos hay una dieta que está muy de moda, y es la dieta nórdica, que en realidad está simplemente basada en la alimentación que siempre han tenido las personas de los países nórdicos, o sea, de Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca.
Hay estudios científicos que demuestran que esta dieta nórdica ayuda a perder peso rápido y fue creada en el año 2004 por un grupo de nutricionistas, científicos y chefs. La principal diferencia que tiene esta dieta, comparada con una dieta tradicional mediterránea por ejemplo, es que contiene mucho menos azúcar y grasas, aumentando la ingesta de fibra y de pescados.
¿Qué alimentos debemos comer si seguimos esta dieta? Lo ideal sería comer alimentos cultivadas en forma local, principalmente frutas, verduras y legumbres, pero también muchos granos enteros y frutos secos, nueces, semillas, panes (sobre todo el de centeno, con el que se hace el famoso smorrebod), pescado y mariscos, sólo lácteos bajos en grasa, gran cantidad de hierbas y especias y aceite de colza. Pueden ingerirse también, aunque con moderación, la carnes de caza, huevos, queso y yogur.
En cuanto a los alimentos que estarían “prohibidos”, encontramos todo tipo de bebidas azucaradas y azúcares en general, carnes procesadas, cualquier tipo de aditivos alimentarios y comidas rápidas.
Esta dieta tiene como principal diferencia con la mediterránea el uso del aceite de colza, mientras que nosotros solemos basar nuestras dietas en el uso del aceite de oliva virgen extra. No hay dudas de que se trata de una dieta saludable que nos ayudará a perder calorías, pero hablemos específicamente del tema del peso. Varios estudios han evaluado los efectos de pérdida de peso de la dieta nórdica y de hecho en un estudio sobre 147 personas obesas a las que se sometió a una prueba, los que siguieron la dieta nórdica perdieron 4,7 kg mientras que los que simplemente siguieron una dieta normal (en este caso puntual, la dieta normal danesa), perdieron solamente 1,5 kg. Pero atención, que al año siguiente, las personas que habían originalmente perdido la mayor cantidad de peso, lo recuperaron casi todo
Este punto es un punto delicado; pero lo cierto es que dieta nórdica parece ser eficaz para la pérdida de peso a corto plazo, y más allá de eso, no hay dudas de que se trata de una dieta que contiene guía de alimentación saludable que implican mejoras significativas en la salud en general. Por ejemplo, en cuanto a la presión sanguínea, los resultados de un estudio de 6 meses con participantes obesos fueron de una reducción en 5.1 y 3.2 mmHg en cuanto a la presión sistólica y diastólica, comparada con una dieta normal.
Pero los resultados fueron inconsistentes en cuanto al colesterol y los triglicéridos; si bien esta dieta es alta en alimentos saludables para el corazón, no se demostraron efectos realmente benéficos en cuanto a la reducción del colesterol, ya que se lograron solamente reducciones muy pequeñas que no constituyen datos estadísticamente significativos.
En líneas generales y más allá de las particularidades, se puede afirmar que cualquier dieta que haga hincapié en la ingesta de comida real, saludable, baja en grasas “malas”, baja en azúcares y sal, que no incluye bebidas azucaradas y en lo posible nada de comidas preparadas que suelen tener conservantes, y a su vez que sea alta en fibras, granos, cereales y legumbres, mejorará la salud integral de cualquier organismo, además de conducir a la pérdida de peso.