Los datos de precariedad laboral en el sector servicios siguen arrojando realidades complejas de un mercado que se recupera a varias velocidades y en unas condiciones muy alejadas de los años anteriores de la crisis. En este contexto, diversos colectivos se están haciendo oír para poner blanco sobre negro la realidad laboral de su sector.
Tal es el caso de los estudios de diseño web amateur que denuncian entre otros el mejor estudio de diseño gráfico de Madrid. Estos colectivos lamentan el intrusismo laboral que están viviendo desde hace años. Durante la entrevista para recabar sus reivindicaciones, nos animan a teclear en internet diseño web Madrid. Esta búsqueda arroja millones de resultados.
Según los denunciantes, más de un 40 por ciento de las páginas que se venden como estudios de diseño web en realidad son autónomos que han realizado un curso de diseño de páginas web teórico.
Estos colectivos no atacan directamente a estos semiprofesionales, ya que entienden que en muchas ocasiones el paro puede llevar a situaciones extremas donde se acepta cualquier propuesta a cambio de tener trabajo. Ello implica, además, una rebaja de las remuneraciones medias en el sector, la segunda de las reivindicaciones de los profesionales del diseño y de otros colectivos en similar situación.
Más que un logotipo, la identidad de la empresa
Los profesionales del diseño gráfico en Madrid insisten en que su trabajo no consiste únicamente en el diseño de logotipos bonitos, sino en la creación de una identidad corporativa sólida, alineada con los valores y la misión de la empresa en cuestión.
Explican que el logotipo es realmente la imagen que el consumidor va a asociar a la empresa. Una inadecuada elección del logotipo, más allá de polémicas y controversias sobre gustos o preferencias, puede arruinar la trayectoria de una compañía. Por ello, insisten, no es un área que se deba dejar en manos de conocidos y familiares con unas nociones básicas de programas de diseño.
Reconocen que los precios constituyen una barrera para numerosas empresas. Sin embargo, remarcan que el valor real de un logotipo que deberían calcular desde las empresas se asemeja más al valor de la compañía que a los honorarios de los creativos.
Los creadores defienden su posición: acertar con un logotipo suponen muchas horas de trabajo con la creatividad y todo el proceso de formación y experiencia que hay detrás de la toma de una decisión respecto a cuál es el mejor logotipo para cada proyecto. De ahí que insistan en que si un diseñador gráfico propone un precio muy por debajo de las grandes firmas, desconfíe del book que le haya podido remitir como experiencia.
Una mala decisión puede acarrear un perjuicio para la imagen de su compañía como les ocurrió a las siguientes empresas.
Los Bravos de Atlanta y el indio de la discordia
Pocos son actualmente los equipos de la NBA que siguen luciendo alguna imagen de mascota en su logotipo o en sus equipaciones deportivas. Los Bravos de Atlanta han sido fuertemente criticados por «insensibilidad racial» ya que su logotipo es un indio norteamericano pintado de rojo, en alusión a la denominación racial de pieles rojas. Si bien lo han retirado de su logotipo, las camisetas de los jugadores la siguen portando con orgullo.
Así, la presión desde diversos colectivos llevó a los Indios de Cleveland a renunciar a la imagen icónica de su jefe indio Wahoo en favor de la letra C.
La alusión a minorías, insisten los expertos en diseño gráfico, se debe evitar a excepción de si es una parte intrínseca a la naturaleza e historia del negocio o la empresa.
Ojo, tipografía
En diseño gráfico, ya sea para su aplicación a la creación de la identidad corporativa de una empresa o para realizar una página web, explican los diseñadores, un elemento clave es la tipografía. Cómo escribimos refleja la personalidad y los valores de la persona. Y eso se traslada a las empresas. Acertar con la tipografía requiere de muchos años de formación y gran experiencia.
Sin embargo, junto con la tipografía, se requiere conjugar otros elementos con los espacios o los colores. Una mala calibración de qué colores identificaban más a la empresa supuso para la compañía Highlight un error que les costó caro. El diseño original incluía una paleta de múltiples colores que hacían poco legible el logotipo.
Los juegos de palabras son válidos pero no para todas las empresas
De nuevo nos encontramos con una mala elección de las tipografías. O una mala concepción de cómo utilizarlas a su favor. La empresa Kids Exchange se propuso renovar toda su identidad en los centros adscritos.
Sin embargo, una mala ejecución les ha llevado a tener que volver a modificar todos los espacios luminosos recién instalados: en ellos se leía Kidsexchange.
Los juegos de palabras, y la ambigüedad, insisten los diseñadores gráficos, forman parte de los recursos creativos, pero hay que saber cómo utilizarlos y cuándo se puede hacer uso de ellos y que resulte llamativo pero no confuso o lleve a error, como es el caso.
Una mala elección de los elementos y del logo puede echar por tierra el esfuerzo de una marca por penetrar en la mente de sus consumidores. Los peores logos de la historia demuestran que el valor real del logotipo es mayor que el precio pagado.