Aunque parezca una grosería utilizar la expresión de cloaca para referirme a la política, no se me ocurrió otra ante la crisis que vive ésta, que afecta tanto a los que nos preocupamos y enteramos de ella como a los que no y siguen viviendo en su desinformación manipulada y alienante, en su indiferencia social o, sencillamente, en su actitud de pasividad conservadora. Y aún sin ser la primera gran crisis política general que vivimos, es la más grave en el mundo y en España por la ingente acumulación de problemas degradados sin resolver y sin perspectivas de soluciones sencillas pero razonables para la vida de las personas y para la continuidad de la tierra, el espacio en donde viven éstas, sin alternativa de disponer de otros. Resumiendo, miseria, pobreza, hambre, enfermedades y analfabetismo e ignorancia para centenares o miles de millones de personas de los casi 8.000 millones actuales, mientras una minoría está podrida de bienes; violencia, guerras terribles y permanentes como parte de la misma realidad que crean e impulsan los detentadores de la riqueza; la creación por EEUU de Al Qaeda y de Bin Laden en Afganistán para combatir a la URSS, tal como aceptó con naturalidad y prepotencia Zbigniew Bezerinski, asesor de los presidentes Carter y Johnson, interpelando a los que le preguntaban, “ustedes qué prefieren, el comunismo o los talibanes”. Y de ahí, la continuación de la creación del yihadismo en todo Oriente Próximo y en el mundo, reconocido también por Hillary Clinton, la que reía cual hiena contemplando el asesinato de Gadafi. Y señores de Barcelona, la continuación de todo esto es una extensión del wahabismo y del fanatismo religioso feudal al servicio de la política de unas minorías que detentan todas las riquezas, que separan hombres y mujeres retrotrayendo la cultura musulmana a las cavernas. Teocracias sanguinarias como las de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos, que son aliadas de EEUU, Occidente y España, mientras estados como Iraq, Libia y Siria, al igual que Afganistán, más laicos y sociales, son destruidos por bombardeos y guerras. Como colofón de toda esta situación, la irracionalidad de la realidad, como siempre ha sido, revive viejos fanatismos y crea nuevos fanatismos aventureros montados sobre la mentira.
Se ha puesto de nuevo de relieve en Barcelona, por si todavía no había suficientes muestras de ello, que la irracionalidad conduce al caos y éste a la charca política en la que todo el mundo chapotea para defender su verdad, o sea, su egoísta parcela de intereses. La patochada de Barcelona, una más, para movilizar a la población y hacer al pueblo protagonista “contra el terrorismo y para demostrar que no hay miedo”, se convierte en un acto en el que el pueblo real queda marginado y manipulado por las consignas y trapos identitarios, con voluntad de dominar el panorama contando con la inestimable ayuda de los medios de comunicación. La movilización contra el terrorismo que debía ser clara, concreta y escueta, contribuyendo a organizar a centenares de miles de personas contra el terrorismo y las causas que lo generan, exigiendo el fin de guerras y de la fabricación de armamentos para matar o para derrochar recursos, citando a quien fuera responsable o corresponsable y no olvidándose de ninguno. Por ejemplo, apenas nada de los EEUU, de la OTAN y de la UE como entes fundamentales de las guerras que crean y potencian los movimientos terroristas. Y estando de acuerdo en la responsabilidad del rey y del presidente del gobierno del PP, como figuras institucionales significativas objetivamente de las causas del terrorismo por su papel en las guerras y sus relaciones y amistades con los tiranos feudales, es extraño que se olviden, o no tengan en cuenta, al PSOE, con importantes personajes en la guerra de Yugoslavia, o todo un gobierno presidido por Zapatero y las ministras de Defensa y Exteriores, contribuyendo a bombardear y destruir Libia, a las órdenes de la OTAN, matando a miles de personas, con mentiras tan monstruosas como las que sirvieron para hacer lo mismo en Iraq por el trío de la Azores, con Aznar de payaso útil para el crimen. Tampoco una simple mención al papel del terrorismo de Israel contra el pueblo de Palestina y de la colaboración de este estado con los terroristas en Siria, ni de la profunda amistad de los nacionalistas catalanes de PDECAT (CDC) y ERC con el sionismo de Israel que, según cosas que se dicen en los medios, hasta entrena militarmente a la policía catalana y va a financiar el déficit de una Catalunya independiente. Y como guinda de todo ello, el inefable Puigdemont, aprovecha la ocasión de la “lucha contra el terrorismo” para hacer campaña para su referéndum fascistoide del 1 de octubre y anuncia que ya tiene 6000 urnas preparadas, sin que nadie de la honorable cloaca política le diga que se las meta en el culo. Es nauseabundo aprovechar los muertos para la propaganda nacional-secesionista.
Para terminar, si ustedes, ciudadanos de Catalunya y del resto de España, quieren movilizarse para acabar con el terrorismo, piensen y vayan más lejos: denuncien a los terroristas, a los de Barcelona y a todos y exijan su persecución y máximo castigo según la ley; denuncien el comercio de armas, las guerras y a los causantes y ejecutores de ellas, que es lo que mata, destruye y crea más terrorismo; denuncien a los movimientos fanáticos y fascistas yihadistas que practican el terrorismo en Libia, Egipto, Iraq, Siria, Afganistán Pakistán Yemen, Nigeria, Europa…, y a todos sus creadores, avaladores e impulsores. Salgan de la campana de vidrio en la que sólo les llegan los ecos de la realidad, realidad manipulada por el sistema y por los cómplices “izquierdistas” del sistema, que hace pocos meses les hacía saltar a la calle en Barcelona y en otros sitios a lloriquear por los refugiados, escuchando a representantes de los terroristas “moderados” de Siria culpando a Bashar Al Assad y a su gobierno de la guerra de agresión que sufre este país; y que ayer mismo, salen en recuerdo de las víctimas de los atentados y les utilizan sin escrúpulos. Y decídanse a participar en las movilizaciones contra la guerra y por la paz que son convocadas en Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla…, y que, desgraciadamente, no cuentan con la presencia masiva de las antes citadas, cuando son las que abordan y denuncian los orígenes y causas fundamentales del terrorismo y de los refugiados.
No sé si será continuar perdiendo el tiempo esperar que las organizaciones políticas y sindicales de la autoproclamada izquierda practicante asuman que una de las principales responsabilidades de las personas y colectivos que defienden las ideas históricas del mundo del trabajo, de libertad, cambio social y socialismo, es la lucha por la paz y contra la guerra. Ahí lo dejo.