Resulta lógico que al enfrentarnos a un elevado número de decisiones importantes en un corto plazo de tiempo suframos un nivel de estrés considerable. Pues bien, este es el día a día de los trabajadores de las denominadas salas de control: espacios de empresas y otras entidades en los que se procesa una cantidad ingente de información, y cuya finalidad es diseñar la respuesta adecuada para cada una de las situaciones supervisadas. Pensemos, por ejemplo, en centros de ciberseguridad o de gestión del tráfico, en oficinas de inversión o de seguimiento de procesos industriales. Hablamos de lugares en los que abundan las pantallas cargadas de datos y de gráficos. Y es que en una sala de control la tecnología no es un capricho, sino la herramienta que facilita el trabajo y el bienestar del empleado.
De esta manera, las compañías suelen recurrir a proveedores de confianza en busca de soluciones para sus centros de control: dispositivos capaces de gestionar toneladas de información y representarlas de manera intuitiva. Así, entre las principales empresas del sector que operan en España destaca GESAB, una multinacional especializada igualmente en Centros de Proceso de Datos y recursos audiovisuales.
En nuestro país, llaman la atención sus exitosos proyectos con ADIF, entidad dependiente del Ministerio de Fomento y administradora de más de 15.300 kilómetros de vías de ferrocarril y 1.900 estaciones. Esta empresa pública española ha requerido frecuentemente los servicios de GESAB para la implantación de salas de control de diversos municipios: Miranda del Ebro, Zaragoza, Valencia o Albacete. Dichas instalaciones suelen constar de varios puestos para operadores y grandes pantallas (Videowall).
Otros proyectos similares de GESAB para clientes de nuestro país son los centros diseñados y construidos para la empresa de desarrollo sostenible Veolia, Abertis Autopistas o la multinacional Acciona.
Ahora bien, ¿qué elementos integran los anteriormente mencionados puestos para operadores? El dispositivo más básico, más allá de una mesa y una silla, lo constituyen las llamadas consolas de control; mobiliario que alberga los equipos, gestionados directamente desde un ratón y/o un teclado. Una evolución de esta tecnología es el Deskwall de GESAB, que permite al usuario gestionar, administrar, controlar los equipos y fuentes de información mediante solo un teclado y ratón. Se pueden controlar entre otras aplicaciones: programas, displays, app, smart apps, web services, vídeo IP, streaming, redes sociales o widgets. Se trata de un KVM (Keyboard, Video & Mouse) pensado para centralizar diversas tareas y conectarse a prácticamente cualquier dispositivo externo. Además, lleva incorporado un widget, denominado Health & Care que ayuda a mejorar la salud del trabajador y prevenir posibles lesiones. Así como ejercicios para relajar la vista, el cuello o la espalda.
Con todo, podríamos aún preguntarnos: ¿qué demás elementos incluye una sala de control a parte de estas consolas? En este sentido, resultan relevantes las botoneras y los cuadros sinópticos. Las primeras son una suerte de interruptores, mientras que los segundos consisten en paneles informativos analógicos. Ambos, eso sí, forman parte de los bastidores de control, tras los cuales se oculta el cableado. Para terminar, hay que recordar que GESAB también comercializa dispositivos audiovisuales (para salas de videoconferencias o auditorios, por ejemplo).