Repasamos los tipos de puertas más válidos tanto para el interior como para el exterior de tu vivienda.
En locales para uso comercial, en viviendas habituales y, en definitiva, en cualquier inmueble que las personas puedan usar hay una serie de elementos que no fallan nunca. Por motivos de estructura, de protección, de disposición de elementos y un sinfín más de aspectos que seguramente nos dejemos en el tintero es imprescindible contar con ciertas partes.
Por ejemplo, ¿alguien se imagina una casa sin puertas? Es cierto que en algunos domicilios se estila reducir al mínimo las opacidades dejando zonas al aire o incluso usando meras cortinas para separar; pero, aún así, mínimo cuentan con una puerta o dos. Es algo que no puede faltar, indiscutiblemente.
A la hora de instalarlas en casa, es importante saber distinguir los tipos que hay y la utilidad que tienen. Por mucho que nos guste dormir seguros, instalar puertas acorazadas para cerrar nuestra habitación no es buena idea, como tampoco lo es no poner nada en absoluto. Cuando nos topamos con una reforma del hogar, o incluso cuando nos hacemos con una vivienda nueva y tenemos que modificarla casi por completo, este es uno de los puntos que se debe estudiar en profundidad para conseguir algo con un buen sentido estético, que aporte seguridad y, por supuesto, que no salga por un ojo de la cara al interesado.
Existen de muchos tipos, algunos útiles según el lugar y la función a cumplir, aunque todas parten de algo tan básico como es la separación y el cierre. Aquí, vamos a explicar cuatro tipos fundamentales válidos tanto para asegurar la vivienda de cara al exterior como para usarse en interiores con la finalidad de aprovechar mejor los espacios o conseguir un estilo determinado.
Puertas blindadas
Las puertas blindadas, o acorazadas, se usan para el cierre del domicilio con respecto a la calle. Los refuerzos con los que cuentan en su interior (siendo mucho más gruesa y pesada de lo habitual) impiden cualquier tipo de manipulación ajena, salvo la hecha por un profesional de la cerrajería. También tienen una cerradura mucho más dura y consistente que las habituales, disponiendo de un cierre reforzado.
Están cada vez más extendidas en las viviendas de todo el país dadas las garantías de seguridad que ofrecen. En caso de necesitar cambiar la puerta “de fuera”, te conviene tener muy en cuenta este tipo y echar un vistazo a las variantes que posee, hay algunas que son prácticamente inexpugnables. Por lo que recomendamos, además, hacer lo posible por no olvidar jamás las llaves. Puede salir bastante caro.
Puertas correderas
Las puertas corredizas, también conocidas como correderas se usan en interiores y son la forma perfecta de minimizar el espacio desaprovechado. Por norma habitual, una puerta normal requiere de cierta área a su alrededor para poder abrirse y cerrarse sin inconvenientes. Sin embargo, estas, al introducirse en las paredes, no necesitan nada más ni suponen problemas en domicilios con dimensiones más reducidas.
El problema que poseen es que, con el tiempo, el rodamiento que usan para abrirse y cerrarse puede deteriorarse por el uso y que, por supuesto, requieren estar instaladas en paredes lo suficientemente anchas y extensas para poder albergarlas en su interior. En caso de no ser así, es imposible instalarlas y sacar partido de esa ventaja que proponen para pisos pequeños.
Puertas de madera
El acabado de las puertas de madera es algo que permite usarlas tanto en interiores como en exteriores. En los tiempos que corren hay muchos materiales sintéticos o variantes que cumplen el mismo cometido. Sin embargo, la madera es lo más tradicional y, a la vez, lo que más estilo posee cuando nos acercamos a un domicilio desde la perspectiva de la decoración.
Se pueden encontrar de diferentes tipos, de nogal, de roble y un largo etcétera, como también decoradas y barnizadas al gusto del consumidor. Los más puristas y tradicionales las dejan sin alterar e incluso recurren a modelos antiguos para conseguir un toque más rústico. Ciertamente, la elección aquí queda más del lado de la estética que de la funcionalidad. Han probado más que de sobra su capacidad y buen funcionamiento, así que el resto es ver cómo aprovecharlas para conseguir ese estilo que queremos en nuestro hogar.
Puertas de interior
En el apartado de las puertas de interior entra todo aquello de uso exclusivo para el interior de nuestro domicilio. Recurrir a ellas para cerrar la vivienda al exterior es, simplemente, una decisión sin pies ni cabeza ya que su seguridad es ínfima. Podemos encontrarlas correderas, como mencionábamos antes, plegables (se pliegan sobre sí mismas como si fueran biombos) y de todos los tipos de madera que podamos imaginar.
Teniendo en cuenta todo lo que hemos contado previamente, elegir algo para el interior del hogar no es nada complicado, como tampoco lo es para el exterior. El resto, ya, queda en el lado del consumidor. Hay una variedad de puertas tan grande que es imposible no encontrar algo que encaje con nuestros gustos; aunque es absolutamente prioritario no dejar de lado la funcionalidad.