Atendiendo a los propios estudios realizados por la OMS, 6 de cada 10 adultos han sufrido halitosis en algún momento de su vida. La prevalencia de la halitosis aumenta con la edad, a pesar de que son los individuos jóvenes los que solicitan más tratamiento (Iwakura et al., 1994).
En prácticamente el 90 por ciento de los casos, el mal aliento tiene origen en la cavidad bucal. Sin embargo, también puede tener su origen en el sistema respiratorio o digestivo, con lo que no basta con querer combatirla en muchos casos sino también en investigar su origen.
La halitosis aparece en la mayoría de casos por el acumulo de unas sustancias que se denominan compuestos orgánicos del sulfuro.
Para conocer su gravedad, se miden las partes por billón de estos compuestos (ppb) utilizando sistemas como el Halimeter ®. Además, gracias al Oral Chroma ® se puede distinguir el tipo de compuesto orgánico del sulfuro más presente en la boca, lo que a su vez determina si el origen está en la patología periodontal (de las encías y/o hueso de soporte de los dientes), en la falta de higiene, o en un problema extraoral (otorrinolaringológico, gástrico o de otras zonas), aunque esta última causa es poco frecuente.
¿Cuáles son las causas más comunes de halitosis?
– Halitosis genuina o verdadera: En ella el mal aliento está realmente presente, y puede medirse de forma objetiva. Dentro de estas hay la halitosis fisiológica, en que el problema se debe a un cubrimiento lingual en el dorso o zona posterior de la lengua; y la patológica la fuente de producción de compuestos que la provocan está también en el dorso lingual, pero combinada con otros problemas de la cavidad bucal, incluyendo enfermedades de las encías y otros problemas de esta zona.
– Pseudohalitosis. En este caso no hay mal olor bucal, pero la persona piensa que sí tiene halitosis.
– Halitofobia: Es un término para describir la situación en que tras el tratamiento de una halitosis verdadera, el paciente aún piensa que tiene halitosis.
No parece que haya relación con la alimentación o hábitos a largo plazo.
Evidentemente hay alimentos que la provocan con mayor facilidad, pero el desarrollo del problema tiene más relación con la capacidad del paciente de acumular esos compuestos sulfurados y con el acumulo de bacterias anaerobias en zonas donde difícilmente llega el oxigeno.
Una vez diagnosticado el problema se podrá establecer un tratamiento más o menos urgente dependiendo del grado de incomodidad que produzca el problema a cada persona.