Las modas se extienden entre la población tan rápidamente como corre la pólvora. Y es que, las nuevas tecnologías permiten estar al tanto de todo aquello que a uno le interesa en casi cualquier lugar, la información llega a cualquiera, incluso cuando no se está interesado en ella. “Sabemos que cada vez más personas optan por una vida vegana y eso implica no solo una alimentación vegana, sino también el uso de productos de limpieza y aseo personal veganos, es decir, productos 100% de origen vegetal y que no hayan sido testados en animales” comentan desde Oasis Urbano.
Por lo tanto, al hablar de cosmética vegana se hace referencia a productos respetuosos con la naturaleza y con los animales. Se presenta como la alternativa ética al consumo de productos que provienen de la explotación animal, y que como se indicó anteriormente afecta a todos los aspectos de la vida diaria.
Y es que, a pesar de que en 2013 la Unión Europea aprobó una directiva para la eliminación gradual de los ensayos de cosméticos en animales, fuera de la Unión no está prohibido, por lo que siguen siendo miles los animales que sufren estos ensayos.
En cualquier caso, y como indican desde Oasis Urbano, “no se debe caer en el error de confundir cosmética vegana con cosmética natural, ya que la cosmética natural suele incluir entre sus compuestos ingredientes de origen animal como la cera de abeja, el própolis o el ácido hialurónico, mientras que la vegana es a base de minerales y vegetales”.
Pero, ¿cuáles son las ventajas de usar cosméticos veganos?
- La principal ventaja es que es apta para todo tipo de pieles, incluso para aquellas más sensibles, consiguiendo en cualquier caso unos resultados espectaculares debidos al poder depurativo y regenerador de los ingredientes empleados.
- La segunda, y no por ello menos importante, es que contrariamente a lo que la mayoría pueda pensar se trata de productos asequibles.
Pero sin duda, lo que lleva a la mayoría a comenzar a emplear la cosmética vegana es que es respetuosa con el medio ambiente y los animales.
