Desgraciadamente, no solemos dar la importancia que se merece la contratación de un abogado de confianza que pueda dar solución a los innumerables problemas a los que podemos enfrentarnos al vivir en sociedad. Y es que, en algún momento de nuestra vida, vamos a tener que recurrir a estos profesionales para pedirle asesoramiento o que nos acompañen en algún encuentro con la justicia.
Los abogados cumplen una función de servicio a las personas, y al igual que acudimos a un médico cuando nos duele algo, a un electricista cuando hay un cortocircuito o a un bombero cuando hay un incendio, estos profesionales de la ley se encuentran disponibles no solo para responder ante un caso urgente en los que se va a juicio, sino también para aportar soluciones en nuestro día a día e incluso como consejeros o asesores ante inversiones e incluso para afrontar una estrategia de negocio.
La mayoría de los entendidos nos aconsejan contratar a un abogado que sea experto en una materia específica, algo que consideramos correcto cuando el problema a resolver reviste seria gravedad, como puede ser al ser víctima de un delito o posible causante, cuando hay una estafa o acoso laboral, por poner solo algunos ejemplos.
Pero para la vida diaria, para el común de las personas que no tienen encuentros graves con la justicia, pero necesitan de un consejero capaz, de alguien que les resuelva todo tipo de problemas relacionados con la vivienda, con las comunidades de propietarios, que sepa preparar una estrategia ante un divorcio, defenderle ante posibles desahucios, incluso reclamar dinero a los bancos o saber qué hacer ante los defectos de construcción en las viviendas, contando con un perito calígrafo si hiciera falta.
En definitiva, debemos tener a nuestra disposición a un bufete de abogados con un equipo multidisciplinar que esté preparado para afrontar cualquier situación dentro del ámbito de lo legal, que defienda nuestros intereses lo mejor posible, que sea capaz de hacer frente tanto a estos casos que acabamos de enumerar como a cualquier otro de mayor envergadura.
Como ejemplo de referencia nacional para defender nuestra posición ante cualquier situación irregular o incómoda, con la ley o con otros ciudadanos, se encuentra Cillas Abadia abogado, nuestra abogada en Zaragoza de confianza, nuestra experta abogada en divorcios, desahucios, comunidades de vecinos, herencias, delitos… una profesional de los pies a la cabeza que nos sirve para ilustrar cómo debe ser y qué condiciones debe reunir el perfecto abogado.
Funciones y cualidades que debe reunir un abogado
Para que un abogado pueda alcanzar la excelencia en su profesión, no es suficiente con haber sacado matricula de honor en su carrera o haber sido el primero de su promoción, debe conocer a fondo sus funciones, es decir, defender los intereses de sus clientes ante cualquier procedimiento judicial, negociar y redactar cualquier tipo contrato (públicos y privados), asesorar sobre cualquier intercambio económico relacionado con los bienes inmuebles, saber actuar con corrección y delicadeza en materia testamentaria, pudiendo responsabilizarse de la redacción de los testamentos, las particiones de las herencias y las declaraciones de herederos cuando no hay testamento.
Por otra parte, deberá saber redactar las capitulaciones matrimoniales, deberá considerarse y actuar como responsable ante las reclamaciones de todo tipo de deudas y obligaciones contractuales, tener capacidad para mediar ante cualquier conflicto, sea del tipo que sea (laboral, empresarial, familiar, vecinal…). Por último, también tendrá conocimientos y capacidad para reclamar a la compañía debida en caso de accidente y, por otra parte, también se debe de encargar de la correcta gestión de derechos y pensiones cuando entramos en el terreno de los desempleados, de la maternidad, de la incapacidad o de la jubilación.
Una vez que sabemos las funciones básicas que cubre un abogado, debemos saber elegir al más correcto, y eso dependerá de sus propias cualidades para ejercer esta profesión, entre las cuales merece la pena destacar la habilidad para rebatir las discusiones con buenos argumentos, disfrutar de este aspecto, ya que eso le proporcionará más creatividad para una función vital, la argumentación se lleva buena parte del tiempo que estos profesionales dedican en su actividad.
Así mismo, negociar es igualmente importante y, por tanto, debe considerarse como una de sus actividades preferidas, se le debe notar verdadera pasión por negociar acuerdos, cuanto más complicados mejor, para sentirse, una vez llegado a un pacto, realizado en su profesión.
El tercer elemento que vamos a resaltar será el de la persuasión, una habilidad que no ha de faltar y que marcará la diferencia a la hora de convencer a un jurado, a un juez o a una comunidad de vecinos. Por tanto, la habilidad en las discusiones, el saber negociar y la capacidad de persuasión deben estar presentes en cualquier abogado que quiera conseguir resultados en sus trabajos.