Varios caminos para averiguar la conexión real por la que estás pagando cada mes.
Lo vemos en anuncios de televisión, en anuncios dentro de nuestras páginas web favoritas e incluso en las revistas que compramos, hasta nos llegan mensajes o llamadas que nos hablan de ello. Las compañías de telefonía disponen de un enorme abanico de ofertas de línea con llamadas y móviles con las que tratan de encandilarnos a todos para que nos convirtamos en sus clientes.
No vamos a hablar de marcas aquí, pero sí de datos. Muchos usuarios acaban acudiendo a cualquiera de estas propuestas pensando que van a contar con conexiones a internet con un ancho de banda de 1 GB tanto de subida como de bajada, o incluso, yendo a propuestas más habituales, conexiones que alcancen los 500 MB reales en ambos sentidos. El problema es que, una vez se conectan, descubren que las cosas no son como pensaban.
Pasar por una página como www.testvelocidad.es se convierte en un ritual que ayuda a tener esa información que demuestra qué velocidad se tiene realmente, una que nunca iguala a lo que se ofrece en la publicidad de estas empresas. ¿Por qué?, ¿cómo puedo saber realmente la conexión de la que dispongo, o de la que voy a disponer?
Lo cierto es que las compañías de telefonía nunca mienten, pero sí juegan un poco con la información que ofrecen. Cuando hablan de 600 megas reales, no hablan de la misma definición de mega que solemos tener los consumidores, sino que recurren a otra unidad que resulta bastante interesante a la hora de conseguir algo con más gancho comercial.
Las unidades que emplean son los Megabits o los Gigabits, algo que guarda una relación bastante estrecha con los Megabytes y los Gigabytes que conocemos, pero con una importante diferencia. Una conexión de 600 Mb se traduce, en realidad, en un máximo de 60 MB; y una de 1 Gb, por ejemplo, en 100 MB reales.
Es decir, cuando te proponen una tarifa de 100 megas, lo que te están ofreciendo realmente es una de 10 MB, sean simétricos o no. Es importante tener constancia de este dato, ya que es lo primero que te ayuda a determinar si realmente vale la pena el precio que vas a pagar por la tarifa que se te ofrece.
Una herramienta clave: el test de velocidad
Teniendo ya la teoría dominada, luego resta ver cómo funciona la conexión en el terreno práctico, y la mejor solución posible es hacer un test de velocidad con herramientas como la de TestVelocidad.es, que dan cifras exactas sobre el funcionamiento real de la línea que estás utilizando.
Gracias a estos portales online, puedes disfrutar de un profundo análisis de tu velocidad de descarga, de la velocidad de subida y del ping que tienes con respecto a los servidores más cercanos del operador que te ofrece esta conexión. Has de tener en cuenta, además, que muchos de estos te dan las cifras igual que los operadores, en Mb, por lo que debes hacer cálculos para tener datos en MB y similares.
Uno de los mejores aspectos de estas herramientas es que también ayudan comparando con otras conexiones similares. Puedes ver qué tal funciona tu conexión en comparación con otros usuarios de la misma zona y de la misma, o de otra, compañía de telefonía. De esta forma, si hay alguien cercano con la misma tarifa y resultados diferentes, lo podrás detectar a tiempo y efectuar la pertinente llamada.
Hoy en día, lo tenemos muy fácil para saber cuál es la velocidad real de nuestra conexión a internet. En el caso de que no nos salgan las cuentas, tan solo hace falta recurrir a un portal como el que hemos utilizado de ejemplo para tener la información que necesitamos. Es muy importante tener este mínimo de nociones sobre el asunto, sobre todo a la hora de convertir entre Mb y MB, ya que de lo contrario es más que probable que paguemos por algo muy diferente a lo que pensamos que tenemos.
Por suerte, cada vez son menos los casos de decepción por las velocidades de internet. Las compañías se han esforzado por realizar cada vez más instalaciones con fibra óptica, lo que permite a los usuarios disfrutar de una bajada y subida de ficheros realmente veloz.
Recuerda que, en caso de dudas, tan solo tienes que abrir una ventana del navegador web y echar un vistazo en una página para comprobar si de verdad todo está en orden con tu conexión. Los tests de velocidad se han vuelto un elemento indispensable para el consumidor moderno, tenga o no nociones de informática. Gracias a ellos, son muchos los que han podido renegociar sus tarifas para conseguir algo adecuado.