Resulta complicado encontrar disciplinas que fascinen por igual a personas de todas las edades y, sin embargo, la magia lo ha conseguido.
Pocos son los que ante uno de los múltiples espectáculos de magia en Madrid, o en cualquier otro lugar del mundo, logran apartar la vista un segundo una vez el mago ha comenzado.
Y es que, la imposibilidad de saber cómo lo hacen es lo que mantiene a los adultos pegados al asiento observando atentamente y dicen los expertos en la materia que cuanto uno más se obceca en descubrir el truco, más improbable es que lo descubra. Sin embargo, y a pesar de lo que la mayoría pueda creer, los niños merecen mención aparte, y es que, no siguen pautas en su comportamiento, por lo que es más sencillo que descubran donde está el truco, con la diferencia de que ellos no lo están buscando y por lo tanto, si lo ven, no le darán la importancia que si le daría un adulto que fuera capaz de descubrirlo.
Los espectáculos de magia en Madrid y en el resto del mundo han sido una constante a lo largo de los años, pero las cosas han cambiado mucho desde los trucos de escapismo de la época de Houdini o desde que en épocas de hambre el truco consistía en sacar un conejo de la chistera, ahora las nuevas tecnologías se han sumado al espectáculo haciendo si cabe que los trucos adquieran una nueva dimensión y sean más espectaculares.
Y tal es la importancia que algunos atribuyen a la magia que hasta el mismísimo Christopher Nolan llevó el tema al cine a través de su película ‘El truco final’ en el que la rivalidad entre dos magos se materializa a través de un continuo y constante intento de mejorar la ilusión del rival.
En cualquier caso, nada más lejos de la realidad, los magos no han sido tocados por una varita mágica, simplemente manipulan la percepción haciendo creer al espectador algo que no ha visto, y valiéndose para ello de palabras, gestos, así como de la persuasión, desviar la atención o jugar con la percepción.
Dicen que la magia refleja los deseos imposibles del ser humano, y quizás sea precisamente por ese motivo por el que fascine tanto a niños, adultos y mayores. Soñar con imposibles, es algo que atañe a todos.