Una nave industrial puede ser una enorme fuente de ingresos, pero también de gastos. Comenzar a utilizar estas instalaciones para almacenar carga o para instalar una maquinaria que comience a funcionar puede derivar en unos costes mucho más altos de lo que se suele pensar, pero todo se puede amoldar para conseguir un ahorro casi impensable, para optimizar todas las instalaciones y hacer que sean mucho más rentables desde el primer momento.
Hablamos de cuestiones como recurrir al mejor hormigón pulido para suelos, que consigan una buena estabilidad y limpieza en general, pasando por el uso de buenas técnicas de aislamiento térmico o por la optimización del consumo energético. Cualquier propietario de nave industrial puede encontrarse con muchas estrategias diferentes para conseguir esa ecuación en la que los costes se reducen y los beneficios se disparan, pero no es algo que se consiga de forma aleatoria. Hay que saber cómo proceder y qué hacer.
Eso es, precisamente, el punto en el que vamos a ahondar aquí. Estudiaremos las cuatro formas más eficaces de reducir costes en una nave industrial para que, así, aun con los mismos ingresos, la rentabilidad de la misma sea mucho mayor.
Cómo reducir costes en las naves industriales
Aunque se tenga un rendimiento enorme, que genere una buena cantidad de ingresos en la nave industrial, reducir los costes es la mejor forma de aumentar los beneficios para el negocio. A veces, conseguirlo puede resultar mucho más sencillo de lo que parece, y aquí va a quedar claro con cuatro pautas tan sencillas como eficaces.
Aprovechamiento de los espacios
Aumentar el total de productos almacenados en una nave industrial es una de las principales claves de la reducción de costes, incluso de la optimización de su uso. A mayor aprovechamiento, menor necesidad de realizar portes y más facilidad para jugar con un excedente en el presupuesto. Distribuir correctamente los almacenes para que se pueda guardar más carga siempre es un punto a favor.
Redistribución de la maquinaria, de las oficinas y de las zonas orientadas a guardar todo el material, tanto la materia prima con la que trabajar como el resultado final del trabajo. Son parte de un aspecto esencial en cualquier nave industrial que quiera maximizar su rendimiento, y para ello ha de realizarse un profundo estudio para exprimir hasta el último metro cuadrado.
Limpieza y organización
La limpieza de una nave industrial no es importante, es fundamental. No solo porque sea algo que refleje la imagen del negocio, siempre queda mucho mejor una nave limpia y bien organizada que una que parezca un caos, sobre todo por lo que implica de cara a sus trabajadores y de cara al producto. Cuidar cada máquina, cada área de trabajo y asegurarse de que todo está en orden es la mejor forma de garantizar que la actividad se desarrolla con normalidad y sin ningún tipo de incidencia.
Cuidando tanto la organización como la limpieza, se permite que el almacén de la nave se explote mucho más y que los trabajadores puedan realizar sus labores con mayor eficiencia. Además de eso, ser cuidados en ambos aspectos garantiza una mayor vida útil de maquinaria y aparatos, lo que conlleva a un mayor ahorro a la larga.
Control de la iluminación artificial
En las naves, por más que se quiera aprovechar la iluminación natural, al final es necesario sacar partido de la iluminación artificial, por lo que esta ha de estar rigurosamente controlada para no derivar en un gasto excesivo. Aproximadamente, el 70% de consumo energético de cualquiera de estas instalaciones se debe a la iluminación, por eso hay que buscar que esta consuma lo menos posible y se optimice al máximo.
¿Cómo? Apostando por las bombillas de bajo consumo y todo lo que guarde relación con la tecnología LED. Atrás quedó el uso de fluorescentes y de filamentos de Wolframio. Recurrir a las bombillas LED y las inteligentes puede suponer un coste inicial más caro, pero a la larga se traduce en un ahorro enorme, ya que pueden realizar un consumo 6 veces menor que las bombillas tradicionales, ofreciendo la misma capacidad lumínica, o incluso una mayor.
Aislamiento térmico
Mantener la temperatura adecuada tanto para trabajadores como para maquinaria y materiales es otro elemento esencial, y uno del que deriva el mayor gasto de la nave, debido a lo ligado que está con su construcción. Se debe utilizar un buen aislamiento térmico que afecte tanto a cubiertas como a cerramientos para evitar fugas térmicas en épocas como el invierno y garantizar que se mantengan unas condiciones adecuadas en el interior del recinto.
Muchas veces, en lugar de ser necesario un sistema de climatización, tan solo hay que saber optimizar la temperatura aprovechando las condiciones exteriores y las interiores y utilizando los aislamientos adecuados. Desde ventanas hasta puertas, todo debe tenerse en cuenta para evitar fugas o para aprovecharlas a favor, todo eso, además, sumado al posible desprendimiento de frío o calor de las propias máquinas.
Aspectos que se pueden aplicar en unas instalaciones a posteriori, pero también algunos que deben ser tenidos en cuenta desde el primer momento para no pasar por una gran reforma y modificación de las estructuras. Se puede disparar la rentabilidad de una nave industrial si se sabe cómo proceder, y aquí tienes una muy buena forma de empezar a conseguirlo.