Cuando de una isla se trata, enseguida se piensa en el mar, está alrededor, en todas partes, lógico por aquello de la isla; y en los deportes náuticos, también normal, y por lógica del que espera las vacaciones para visitar determinados lugares, la mente se le va al verano, la estación vacacional por antonomasia. Pero para disfrutar de determinados destinos no hace falta nada más que ir, un fin de semana, un puente suele ser más que suficiente para descubrir lo que el periodo vacacional en tantas ocasiones nos oculta.
Es lo que sucede con Menorca, uno de los destinos estrella para la mayoría de los turistas del planeta. Su gran belleza, sus impresionantes costas y la amplísima oferta cultural que ofrece, la convierten en un magnífico reclamo para gente de todo tipo; porque existe una Menorca diferente para cada tipo de visitante y para que cada uno encuentre aquello que busca. Una isla hippie, otra hípster, otra aventurera, otra marinera, otra pacífica y tranquila. Cada uno encontrará en la isla su tipo de vida, aquella que sueñan y sentirán que ese es el lugar donde quieren vivir.
Hay mucho que ver y mucho para disfrutar. Aunque quizás la duración ideal de una visita que les permita conocer la isla en todo lo que ofrece, aunque sin profundizar, sea de una semana, no deben dejar de visitarla porque solo dispongan de dos o tres días, Se quedarán con ganas de más, pero eso en Menorca es la norma. Y aunque no es lo único que merece la pena contemplar, quizás sus playas sean algo a tener siempre en cuenta.
No dejen pasar la ocasión de visitar otras poblaciones como Mahón, su capital y con uno de los mejores puertos naturales del mundo; Ciudadela, la segunda ciudad más grande de la isla y con un casco histórico que no deben dejar de visitar; y por último, una mención especial a Binibeca, un encantador pueblecito pesquero situado al sur de la isla, totalmente restaurado y con sus laberínticas callejuelas donde compartir espacio con el silencio y su puerto, pequeños barcos, casas encaladas con ventanas y puertas de madera, en unas estrechas calles llenas de magia. No dejen de visitarlo, no dejen de conocer una isla, Menorca, que les enamorará.
Aunque los alojamientos en un destino turístico abundan, quizás la mejor opción en este caso sea alquilar un apartamento. Disfrutar en familia o en grupo de la libertad que ello les confiere, sin horarios, sin problemas a la hora de cocinar si es la opción ese día y sin necesidad de alojarse en varias habitaciones en un hotel convencional. Alquilar un coche o bicicletas, recorrer la isla, disfrutar de su historia, gastronomía, arte… Entren en Expedia apartamentos y elijan el suyo. Será un viaje inolvidable, repetirán y lo aconsejarán.