¿Es posible ahorrar en la factura de la luz?

In Sociedad
abril 27, 2020

Ahorrar en la factura de la luz es posible conociendo qué elementos la componen, cómo se facturan, y sobre todo haciendo uso de una serie de trucos y buenas prácticas de consumo

La factura de luz es un documento que emite la compañía de luz para indicar al cliente el importe que tendrá que pagar por el consumo eléctrico realizado en la vivienda o local durante un periodo de tiempo. Aprovechando la liberación del mercado eléctrico, se recomienda a los consumidores buscar y elegir aquella empresa suministradora que ofrezca unas condiciones ventajosas para cada cliente y caso en particular.

Cómo ahorrar en los elementos que se facturan

Los elementos principales de la factura de luz que todo consumidor debe conocer son la potencia y el consumo.

La potencia tiene un coste fijo y se refiere a la que se contrata para la vivienda o local. A mayor potencia eléctrica contratada, mayor será el importe a pagar por este elemento.

El consumo viene determinado por el número de kilovatios hora (kWh) utilizados durante el periodo de facturación. Su coste depende, por tanto, de la cantidad consumida, así como del precio del kWh que marque la compañía eléctrica suministradora. Las medidas para ahorrar en este sentido son bajar la potencia contratada, cambiar de compañía a la que ofrezca las mejores tarifas y, por último, reducir el consumo.

Trucos para reducir el consumo eléctrico

El coste de las facturas de los suministros supone una importante parte del presupuesto familiar, por eso es importante hacer todo lo posible para ahorrar y mantener a raya ese gasto, para que la factura mensual llegue y no produzca demasiados sobresaltos.

Apagar aparatos en stand-by

Muchos consumidores aún no le prestan la suficiente atención al consumo silencioso de los aparatos que están apagados, pero encendidos, lo que se conoce como stand-by. Este consumo sale más caro de lo que a priori cabría suponer.

Concretamente, apagar todo lo que se queda en stand-by, como son ordenadores, televisores, equipos de música y otros aparatos significa un ahorro de un 10% de todo lo que se consume.  Para un consumo medio, de unos 3.500 kWh/año, la media de ahorro de esta medida es de unos 60 o 70 euros.

Ajustar el gasto en calefacción

Una temperatura en casa razonable es la que oscila entre 19 a 21ºC. Por la noche, es mejor bajarla un poco en los dormitorios, entre 15ºC y 17ºC. Cada grado de más que se suba la calefacción, significa un incremento del 7% en el consumo eléctrico, por lo que hay que pensárselo dos veces antes de apretar el botón.

Todos aquellos hogares que cuenten con una caldera, tienen que considerar que el buen mantenimiento de la misma puede suponer un ahorro de hasta un 15% al año.

En cuanto a los radiadores, deben estar limpios y sin muebles que los tapen, ya que se dificulta la difusión del aire caliente y se necesita aumentar la potencia para calentar la estancia donde se encuentre ubicado.

Así mismo, los radiadores tienen que purgarse al comienzo de la temporada, en otoño, para que no tengan aire dentro, ya que dificulta la transmisión de calor desde el agua al aire exterior. Existen dos tipos de purgadores: automáticos y manuales. En los automáticos, los consumidores no tienen que hacer nada, el aire se expulsa por sí mismo, pero en los manuales debe realizarse, como se ha comentado, antes de que llegue el frío.

Usar con inteligencia los electrodomésticos

Los electrodomésticos que utilizan agua para su funcionamiento deben utilizarse a la temperatura más baja posible para que hagan bien su cometido, ya que al calentar el agua es cuando gastan más energía. En este sentido, siempre se deben elegir los programas que funcionan a temperaturas bajas, como por ejemplo la lavadora o el lavavajillas.

La lavadora es mejor que haga los lavados, siempre que sea posible, con agua fría, cuando la ropa no está muy sucia. Cuando sea necesario usar agua caliente, siempre se ha de elegir los programas más cortos y a las temperaturas más bajas posibles que garanticen resultados óptimos. De esta forma, se pude llegar a ahorrar hasta un 40 % de luz en cada lavado.

En cuanto a los lavavajillas, son aparatos que suelen funcionar a temperaturas muy altas. Lo mejor es utilizar los programas Eco, que funcionan a unos 50ºC.

En relación al frigorífico, hay que elegir bien el lugar para su colocación. Para conseguir el máximo ahorro en consumo energético, debe estar instalado lejos de fuentes de calor, y nunca bajar demasiado la temperatura del termostato.

En la parte del frigorífico, la temperatura debe oscilar entre 3º y 5º, siendo 5º grados suficiente en la mayoría de los casos y la opción más recomendable, pues a menor temperatura, el consumo es más elevado, y en los frigoríficos supone entre el 15% y 30% del consumo anual de luz de una vivienda. En cuanto al congelador, la temperatura óptima es de -18º.

 

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Escritor profesional, autor de novela, cuentos y relatos, algunos premiados. Columnista en diversos medios. Creador de contenidos, redactor y copywriter.