Desgranamos algunos consejos para elegir al dentista más apropiado para cubrir nuestras necesidades, algo que estimamos fundamental en la medida de que se trata de un profesional de la salud y de que le confiamos algo tan importante como nuestra dentadura. Por este motivo, entendemos que este artículo puede serle de mucha ayuda a cualquier persona y que no vas a dudar en leerlo.
Comprueba si está colegiado
Sin lugar a dudas, el primer paso a la hora de elegir un dentista en Pineda de Mar es asegurarnos que cuenta con todos los avales profesionales necesarios para ejercer su profesión, siendo obligatorio pertenecer al Colegio Oficial de odontólogos para poder ejercer la profesión y, para ello, disponer del título de licenciado en odontología.
Para cerciorarte de esta circunstancia, basta con remitirnos al Colegio que nos corresponda y comprobar que, efectivamente, el profesional al que vayamos a conferir nuestra salud bucodental está oportunamente formado para tratarnos.
¿Necesitas a un especialista?
Aunque no es necesario especializarse en ningún área en concreto para ejercer como dentista, sí que es muy recomendable poder contar con un especialista en el tratamiento al que nos vamos a someter para poder estar 100% seguros de que va a ser un éxito.
En este sentido, puede ser recomendable acudir a una clínica importante, dado que cuentan con un equipo profesional amplio y formado en las distintas áreas de la odontología para poder atender a cualquier tipo de necesidad que tengan los pacientes.
Así que no lo dudes e infórmate bien de cuál es la especialidad del dentista al que tienes pensado acudir o, directamente, ve a una clínica en la que haya especialistas de todas las ramas de la odontología.
Los materiales son importantes
Del mismo modo, es vital acudir a una clínica en la que se usen los mejores materiales y que cuente con la última tecnología a la hora de poner en marcha nuestro tratamiento, dado que de ello depende nuestra salud bucodental.
Nunca te dejes llevar por el precio
Más que en ningún otro caso, el refranero popular es acertado en el caso de los dentistas y ese “lo barato sale caro” no solo debe entenderse en términos económicos, sino que también tiene que ser entendido en lo que tiene que ver con nuestra salud.
De hecho, un precio menor puede ser sinónimo del uso de materiales de poca calidad y de que vamos a tener que volver a acudir al odontólogo muy poco tiempo después de haberlo hecho por primera vez.
Por consiguiente, nuestro cuarto consejo no puede ser otro que el que pasa por no dejarnos engañar por cierto tipo de publicidad y, en cualquier caso, valorar más la calidad del servicio que se nos presta que el precio que tengamos que pagar por él.
La cercanía y el buen trato son esenciales
Del mismo modo, hay que tener en cuenta que cuando vamos a un dentista tenemos que pasar bastante tiempo sentados en su sillón, por lo que es muy recomendable optar por un profesional que nos muestre cierta cercanía y que nos explique de la forma más adecuada posible lo que va a hacernos.
De esta forma, además de estar seguros de en qué consiste nuestro tratamiento, también estaremos más cómodos cuando tengamos que enfrentarnos al trance de sentarnos en el sillón del odontólogo.
Las medidas de higiene son fundamentales
Aunque pueda parecer superfluo decirlo, es indispensable que nos fijemos en que el dentista que elijamos cumple escrupulosamente todas las medidas de higiene y esterilización, como el uso de guantes y mascarilla, el desinfectado del material, la desinfección en autoclave, etc.
Para ello, no deberíamos dudar ni un segundo a la hora de preguntar a nuestro odontólogo cuáles son las medidas sanitarias que utiliza, más aún en unos momentos como los actuales, en los que el coronavirus acecha y cuando es más necesario que nunca estar vigilantes por nuestra salud.