Sevilla es una ciudad mágica que esconde miles de maravillas esperando a ser descubiertas por el visitante. Rincones considerados como alguno de los más maravillosos del mundo, plazas con historia y cosas que contar, edificios clásicos y modernos únicos que se alzan con orgullo y sobre todo, ese duende que tiene la capital hispalense.
Y si el viajero es inquieto, no solo ha de quedarse en Sevilla. A pocos kilómetros de la ciudad hay otros enclaves, pueblos que ofrecen muchas posibilidades de disfrutar. De sus paisajes, de su cultura, de su historia, de su gastronomía. Ciudades como Carmona o Écija, que acogen al visitante con cariño.
Visitas indispensables en Sevilla
No se puede visitar Sevilla sin dejar de recorrer la plaza de España. Un inmenso espacio en el que se puede buscar todas y cada una de las provincias españolas, representadas en murales cerámicos. Y también pasear bajo los arcos, sacar una barca a navegar por el canal o pensar en todas las películas que han elegido ese bello lugar como escenario.
El Parque de Maria Luisa, acceso a esta plaza no solo es un pulmón verde para Sevilla, sino que ofrece un paseo relajado y tranquilo. Tampoco hay que olvidar la catedral de Sevilla con su impresionante Giralda al lado. La posibilidad de subir hasta lo más alto utilizando la rampa que asciende en su interior es algo a tener en cuenta y no debe pesar la ascensión.
La Torre del Oro, a orillas del Guadalquivir se alza con orgullo y muy cerca, el barrio de Triana ofrece la Sevilla más auténtica, la que todos quieren conocer y recordar. La conocida seta, en la plaza de la Encarnación ofrece el contraste. Un edificio de diseño atrevido y con mucho que ofrecer.
La lista sería interminable, pero hay que visitar Sevilla y conocer de primera mano todo lo que se puede encontrar en la capital andaluza, una de las ciudades más bellas, no de España, sino de toda Europa.
Pueblos cerca de Sevilla
Pero en Sevilla no solo luce la capital. También los pueblos alrededor de la ciudad brillan con luz propia. La monumental Carmona nos muestra el Alcázar de la Puerta de Sevilla, una antigua fortificación que se mantiene en pie tras muchas batallas vividas. La Giraldilla es la torre de la iglesia de San Pedro y puedes imaginar por qué recibe este nombre.
Écija, una ciudad de 40.000 habitantes a orillas del río Genil, poco antes de que este se una al Guadalquivir. Se le conoce como la ciudad de las torres, porque las de sus muchas iglesias lucen sobre los tejados de sus casas. También se le llama la sartén de España, porque en verano el calor es bastante impactante.
El Palacio de Benamejí, la iglesia Mayor y el Convento de Santa Florentina son algunos de los lugares que se han de visitar en Écija. Pero hay que recorrer sus calles, sentir su esencia y dejarse llevar por el espíritu de la ciudad. Una visita a poca distancia de Sevilla que hay que realizar para conocer más una provincia que acoge a todos y les hace desear volver.