Dentro del ámbito inmobiliario, la figura del asesor se ha convertido en una pieza esencial en cualquier proceso de compraventa. Son los profesionales que se encargan de ayudar a los propietarios a vender sus inmuebles y, al mismo tiempo, de hacer que los compradores den con un lugar que encaje con lo que buscan. Un nexo entre ambos frentes al que puede aspirar cualquiera, siempre y cuando tenga claro cómo llegar a ejercer.
¿Es posible ser consultor inmobiliario? Por supuesto. Aunque es algo que requiere cumplir con ciertos puntos o características clave en materia de formación, aptitudes y habilidades.
Las claves del buen asesor o consultor inmobiliario
No existe una fórmula magistral que dicte como ser consultor inmobiliario, aunque sí que hay ciertas pautas que conviene tener claras en caso de querer lanzarse a ese sector. El mundo del ladrillo y la vivienda no deja de evolucionar, y eso exige a los asesores especializados estar siempre al pie del cañón para poder ofrecer servicios que realmente encajen con la realidad del sector y, por supuesto, con las necesidades de los consumidores.
¿Cuáles son entonces las claves del buen asesor inmobiliario? Vamos a profundizar en esto, tratando los pilares esenciales, aquello que no puede faltar de ninguna de las maneras en la figura del buen profesional.
La formación es la base
Un buen asesor o consultor necesita y debe cumplir con cierta formación esencial. No es solo una cuestión de conocer el sector o de saber de leyes, es tener preparación para la negociación y para el trato con clientes. Hay quienes consideran que esto es un aspecto complementario a cumplir, pero la realidad es que es fundamental.
Los verdaderos profesionales se distinguen del resto precisamente en este aspecto. La formación adecuada del profesional inmobiliario es su cimiento, lo que garantiza que pueda ofrecer un servicio de calidad. El problema es que no hay una formación específica en este sentido, sobre todo en un mercado que está en constante cambio, hay mucho de preparación propia, investigación y, en el fondo, de curiosidad por este mercado.
Buenas habilidades interpersonales
Para muchos esto es lo que se conoce como tener don de gentes, pero, en realidad, se trata de tener buenas habilidades interpersonales. El buen asesor inmobiliario necesita saber dar un buen trato a clientes e interesados, necesita ser capaz de transmitir confianza a todas las partes implicadas, ya que se va a convertir en un eslabón esencial en todo el procedimiento de compraventa.
Por eso, es fundamental pulir estas habilidades. Saber conectar con las personas, ofrecer siempre transparencia y honestidad en todo el proceso y, sobre todo, tener muy claro que siempre hay que centrarse en las personas, y no en los inmuebles. Para esto, hay un truco muy sencillo: lo que debes buscar no es vender una vivienda concreta, sino dar al cliente lo que quiere. Son dos cosas muy diferentes.
Capacidad de visualización y motivación
Además de tener una visión panorámica del mercado, es aconsejable visualizar los objetivos que se tienen, los éxitos que se desean alcanzar y, a partir de ellos, obtener la motivación necesaria para alcanzarlos. No obstante, tampoco hay que dejarse llevar por esto y, de vez en cuando, conviene recordar que los pies deben permanecer en tierra en todo momento.
Con una buena motivación, el asesor o consultor inmobiliario seguirá trabajando al máximo hasta cerrar un acuerdo de compraventa que tenga en mente. No hace falta más, sobre todo cuando este se complica. Muchos tiran la toalla y pierden una venta por desistir justo cuando estaban a punto de tocar la meta con la punta de los dedos.
Flexibilidad y resiliencia
El mundo no deja de cambiar, y eso exige que los profesionales también cambien con él. Para esto, hay un dato realmente interesante. Tras la brutal crisis de 2008, solo un 20% de los agentes inmobiliarios supieron adaptarse a los cambios y siguieron ejerciendo su labor, manejando bien la situación y adaptándose para lograr incluso sacarle partido. ¿El 80% restante? Simplemente, no supo recuperar el ritmo, o no quiso.
Con este punto bien claro, es fácil ver que un buen asesor debe saber amoldarse a los tiempos que corren. No solo hay que estar al tanto del mercado, sino también de las tendencias de consumo y de las nuevas soluciones que surgen en todo el mundo. Por eso mismo, a día de hoy hay asesores que ofrecen servicios online y cuentan con perfiles en redes sociales, por poner un par de ejemplos. Renovarse o morir, esa es la clave.
Estas son solo algunas de las claves esenciales que debe cumplir todo asesor inmobiliario que realmente pueda considerarse profesional. Hay otros aspectos que también conviene mencionar, como por ejemplo tener buenas dotes negociadoras, conocer bien las diferentes zonas en las que se están vendiendo los inmuebles y otras tantas cuestiones. Al final, la clave de todo suele girar en torno a tener una buena preparación.