Caries, limpiezas, blanqueamientos o endodoncias. Estos son tan solo algunos de los tratamientos que los españoles se hacen cada año en las clínicas odontológicas de todo el país.
Si acudir al dentista era algo que antes se dejaba pasar todo lo posible, ahora no encontramos en un momento en el que cada vez más personas son conscientes de lo importante que resulta, a medio y largo plazo, someterse a una periodoncia dental, ponerse un aparato corrector o, simplemente, pasar revisiones de manera recurrente.
¿A qué se debe este cambio? Tanto desde el sector como desde el ámbito de la educación y la administración se ha hecho un esfuerzo conjunto para transmitir la importancia de la higiene bucal en casa. Y, también, de someterse a los tratamientos que resulten necesarios para gozar de la mejor salud bucodental.
Así lo creen los profesionales de Dental Company, una empresa especializada en la sonrisa que cuenta con clínicas repartidas por todo el territorio nacional.
A lo largo de sus quince años de historia, han ayudado a decenas de miles de personas que, de la mano de su dentista de confianza, han aprendido que cuidarse día a día la boca y los dientes es algo que solo puede tener beneficios.
Evitar problemas mayores
Al menos una vez al año. Esta es la recomendación de las autoridades sanitarias cuando se trata de valorar cuándo es necesario ir al dentista.
Los profesionales del sector consideran que esta visita anual es suficiente si no se sufre de molestias. ¿Y para qué ir al dentista si no se tiene dolor o problemas al masticar? Para evitar dolencias que suelen dar la cara cuando ya se han convertido en una enfermedad o situación grave.
Por ejemplo, en un simple examen visual, un dentista con experiencia y pericia puede intuir la mala trayectoria de crecimiento de las muelas del juicio y proponer su retirada antes de que cause el desplazamiento del resto de la dentadura. Esto mismo se puede aplicar a las caries, que son mucho más fáciles y menos dolorosas de retirar si se empastan en sus etapas iniciales.
Recuperar la sonrisa
Reducir los problemas a largo plazo no es la única razón para tener un dentista de confianza. Otro de los momentos en los que estos profesionales se convierten en la mejor ayuda posible es cuando se genera algún problema, como rotura o caída de dientes, necesidad de retirar las piezas originales por alguna enfermedad, etc.
En estos casos, muchas personas tienen reparos para volver a sonreír. Por supuesto, la falta de piezas también supone una peor mordida y, por tanto, una experiencia mucho menos positiva a la hora de comer. Las prótesis dentales se convierten, aquí, en la gran opción. En los últimos años, este tipo de tratamientos han evolucionado hasta el punto de permitir a los pacientes lucir una sonrisa completamente natural y apta para el uso habitual.
En este mismo contexto se puede hablar de las ortodoncias. Los clásicos y llamativos aparatos han ido reduciendo su presencia hasta convertirse en correctores invisibles que alinean los dientes de manera cómoda y rápida.
Estas son solo algunas de las situaciones en las que la ayuda de dentistas especializados es clave tanto desde el punto de vista de la salud como desde el estético. Contar con ellos, acudir a las revisiones y abordar los tratamientos indicados es la mejor forma de tener una salud bucodental inmejorable.