La inversión en el sector inmobiliario se ha consolidado como una de las más sólidas y seguras a largo plazo. La demanda de vivienda, tanto para uso residencial como para fines comerciales, es un motor económico constante que impulsa el crecimiento del valor de los activos inmobiliarios.
En los últimos años, hemos visto el auge de plataformas de financiación participativa que permiten a particulares invertir en proyectos que antes solo eran accesibles para grandes inversores Tanto el crowdlending como el crowdfunding son dos formas de financiación colectiva, pero presentan diferencias clave, especialmente en el nivel de riesgo y el tipo de retorno para los inversores.
En la modalidad de crowdfunding inmobiliario, los inversores aportan capital y se convierten en accionistas de una sociedad que desarrolla un proyecto inmobiliario. Es una inversión en equity, es decir, los inversores poseen una participación en el proyecto y, por lo tanto, asumen más riesgos porque su retorno depende del éxito del mismo. Los beneficios, aunque pueden ser más altos (15-20 % anual en algunos casos), se obtienen al finalizar el proyecto, lo cual puede tomar varios años el periodo medio de duración de este tipo de proyectos es de tres a cinco años, y puedes sufrir rentabilidades negativas, ya que existe riesgo de aumento de costes de materiales, que el mercado no tenga el crecimiento esperado, etc.
A diferencia del crowdfunding, el crowdlending es una inversión en deuda. Aquí, los inversores actúan como prestamistas del promotor inmobiliario. Aportan fondos a través de un préstamo, y el promotor se compromete a devolver el capital más los intereses acordados en un plazo determinado, generalmente entre 12 y 24 meses. En este caso, el riesgo es menor (entre un 10 % y un 13 % anual) porque la rentabilidad no depende del éxito del proyecto, sino del reembolso del préstamo.
El crowdlending tiene menos riesgos que el crowdfunding, ya que los inversores suelen tener garantías, como una hipoteca sobre el inmueble. Esto significa que, en caso de impago, pueden recuperar su inversión a través de la venta del activo. Los plazos de inversión en crowdlending son más cortos, generalmente entre 12 y 24 meses, lo que lo hace una opción más líquida para los inversores.
Existen plataformas donde puedes invertir en el sector inmobiliario con estas modalidades, como es el caso de Civislend. Se trata de la plataforma líder en España de crowdlending inmobiliario. La compañía ofrece a los inversores un modo transparente y sencillo de rentabilizar su capital y a los promotores una vía de financiación alternativa ágil para el desarrollo de sus proyectos.
Desde 2017, han financiado más de 110 € entre los más de 80 proyectos y ya han devuelto más de 40M €, siendo más de 4M € los intereses generados a sus inversores.
Además, la firma ofrece garantías en sus inversiones a través de diferentes mecanismos, como garantías hipotecarias, pignoración de participaciones y/o fianzas corporativas. Estas medidas, junto con la naturaleza tangible del activo subyacente (el inmueble), hacen de la inversión en Civislend una opción especialmente atractiva para aquellos inversores que buscan estabilidad y seguridad.
Otra ventaja es la diversificación. Al invertir en múltiples proyectos a través de una plataforma como Civislend, los inversores pueden diversificar su cartera y reducir el riesgo asociado a una única inversión. Esto contrasta con inversiones más tradicionales, como la compra de una propiedad, que concentra el riesgo en un solo activo. Además, el crowdlending ofrece la posibilidad de invertir en diferentes tipos de proyectos inmobiliarios, desde la construcción de viviendas hasta la rehabilitación de edificios comerciales, lo que permite a los inversores adaptar su estrategia a sus objetivos y tolerancia al riesgo
* Rentabilidades pasadas no son un indicador fiable de rentabilidades futuras. Existe riesgo de pérdida parcial o total del capital invertido