En Europa, la experiencia de viajar en tren ha evolucionado notablemente, no solo en términos de comodidad y rapidez, sino también en lo que respecta a la oferta gastronómica. Los viajeros ya no deben conformarse con un simple sándwich de supermercado; las estaciones de tren se han transformado en auténticos destinos culinarios, donde se pueden disfrutar de platos preparados con esmero en entornos diseñados con elegancia.
Gastronomía en las estaciones de tren europeas
Desde Londres hasta París, pasando por Ámsterdam y Estocolmo, las estaciones de tren más concurridas de Europa han visto la apertura de restaurantes que rivalizan con los mejores locales de la ciudad. Estos espacios no solo ofrecen comida de calidad, sino que también reflejan la cultura y la historia de sus respectivas ciudades.
Por ejemplo, en Londres, el Booking Office 1869 se encuentra en el antiguo despacho de billetes de la estación de St. Pancras. Diseñado por el arquitecto francés Hugo Toro, el restaurante combina elementos victorianos con un toque contemporáneo, creando un ambiente que invita a disfrutar de clásicos británicos y platos que rinden homenaje a cocinas de lugares lejanos.
En París, el Le Train Bleu es un claro ejemplo de la opulencia de la Belle Époque. Inaugurado en 1901, este restaurante ha sido un punto de encuentro para artistas y pensadores, y su decoración exuberante complementa un menú que incluye delicias como el guiso de pulpo al estilo provenzal y la pierna de cordero asada, servida en la mesa.
En Grecia, el Wagon Restaurant en la estación Rouf de Atenas se distingue por su enfoque cultural. Fundado por la actriz Tatiana Ligari, este restaurante combina la herencia ferroviaria con una experiencia gastronómica única, ofreciendo platos inspirados en destinos exóticos, como el estofado de ternera con rigatoni.
La estación central de Estocolmo alberga Luzette, un restaurante que rinde homenaje a la historia del lugar. Con un diseño que mezcla elementos originales de la estación con toques modernos, Luzette se especializa en mariscos y cocina de temporada, utilizando ingredientes de proveedores locales.
En Ámsterdam, el Grand Café Restaurant 1e Klas, situado en la antigua sala de espera de primera clase de la estación Centraal, ofrece un ambiente repleto de historia. Con una oferta variada que incluye desde hamburguesas hasta platos típicos de la cocina holandesa, este restaurante es un lugar donde los viajeros pueden disfrutar de una comida memorable mientras esperan su tren.
La gastronomía en las estaciones de tren no se limita a la comida rápida ni a opciones limitadas. En el corazón del bosque de Białowieża en Polonia se encuentra The Tsar’s Restaurant, dentro de una antigua estación de tren construida por el zar Alejandro III. Este restaurante no solo conserva la arquitectura original del lugar, sino que también ofrece un menú centrado en delicias locales, como el solomillo de ciervo.
Por último, en Zúrich, el The Counter es un restaurante con estrella Michelin que eleva la experiencia gastronómica en un entorno de estación de tren. Con un enfoque minimalista y un menú degustación de alto nivel, este lugar demuestra que la alta cocina puede encontrarse en los espacios más inesperados.
Así, la transformación de las estaciones de tren en Europa refleja no solo un cambio en la cultura gastronómica, sino también un reconocimiento de la importancia de la experiencia del viajero, donde la calidad y la tradición se entrelazan en un viaje hacia el disfrute.
