La alimentación equilibrada es fundamental para la reducción del hambre y la desnutrición, especialmente en países de bajos y medianos ingresos. Durante años, se ha promovido la idea de que los pequeños agricultores deben cultivar una gran variedad de alimentos para su propio consumo. Sin embargo, un nuevo estudio pone en tela de juicio esta recomendación, sugiriendo que el acceso adecuado a mercados regionales es más crucial que la diversidad de cultivos en las pequeñas explotaciones. Este análisis ha sido publicado en la revista Nature Food.
La realidad de la dieta en los hogares agrícolas
Una dieta desequilibrada puede tener efectos perjudiciales en la salud, y muchas personas en países en desarrollo enfrentan una falta de variedad en su alimentación. Esta situación es particularmente grave en los hogares de pequeños agricultores, que constituyen la mayoría de la población malnutrida en el mundo. La recomendación de cultivar múltiples variedades de alimentos ha sido considerada como una posible solución, pero es fundamental cuestionar su efectividad y explorar si existen alternativas más viables.
Investigadores de la Universidad de Bonn han analizado una amplia base de datos que incluye encuestas de casi 90,000 hogares en África, principalmente pequeños agricultores. La información fue recolectada entre 2008 y 2022 en países como Etiopía, Malawi, Níger, Nigeria, Tanzania y Uganda. Este estudio revela que, aunque los agricultores que cultivan una mayor variedad de cultivos y animales en sus fincas tienden a tener una dieta más equilibrada, el impacto de esta diversidad es limitado. Según el Dr. Thanh Tung Nguyen, uno de los investigadores del estudio, «el acceso a mercados locales y regionales es más importante que la diversidad en cada explotación agrícola».
La investigación indica que, en promedio, la producción propia de los hogares agrícolas representa solo un tercio de los alimentos consumidos. A medida que los hogares están más cerca de un mercado local, su dieta se enriquece con alimentos comprados. Este fenómeno se ha observado en todos los países incluidos en la investigación. La falta de infraestructura adecuada en muchas áreas agrava la situación, ya que las malas condiciones de las carreteras dificultan el acceso a los mercados y pueden provocar pérdidas en el transporte de productos.
Recomendaciones para mejorar la seguridad alimentaria
Los investigadores concluyen que la atención debe centrarse en mejorar la infraestructura y facilitar el acceso a los mercados, en lugar de insistir en la diversidad de cultivos en cada pequeño agricultor. Si un agricultor cultiva demasiadas variedades, puede enfrentar desventajas, ya que cada tipo de cultivo requiere conocimientos específicos y condiciones óptimas. «Es mejor concentrarse en aquellos cultivos que prosperen en las condiciones locales y vender el excedente», explica Nguyen.
Si bien es sensato diversificar hasta cierto punto por razones ambientales y para mitigar riesgos, no es necesario que cada pequeña explotación produzca todos los alimentos necesarios para una dieta saludable. «Es suficiente que se produzca una gama suficiente de alimentos en la región, permitiendo así que los hogares locales compren la diversidad alimentaria en los mercados», concluye el profesor Matin Qaim. Este enfoque no solo mejora la dieta de las personas, sino que también promueve el desarrollo económico en su conjunto, fomentando un sistema de intercambio que beneficia a toda la comunidad.
