
La fuga de cerebros: la respuesta internacional a los recortes en la ciencia en EE.UU.
La administración Trump ha llevado a cabo recortes significativos en la financiación federal para la investigación científica, lo que ha resultado en la pérdida de empleos y subvenciones para miles de científicos en Estados Unidos. Ante esta situación, gobiernos y universidades de otros países han comenzado a ver una oportunidad para atraer a investigadores que buscan un entorno más favorable para su trabajo. Programas como «Canada Leads», lanzado en abril, tienen como objetivo fomentar la innovación atrayendo a investigadores biomédicos en etapas tempranas de su carrera hacia el norte de la frontera. De manera similar, la Universidad de Aix-Marsella en Francia ha iniciado el programa «Safe Place for Science», comprometiéndose a acoger a científicos estadounidenses que se sientan amenazados o limitados en su labor investigadora.
La disminución de la inversión en investigación científica por parte de Estados Unidos, que históricamente ha sido el principal financiador de la investigación y desarrollo a nivel mundial, ha suscitado preocupaciones tanto dentro como fuera del país. Desde la llegada de Trump al poder, su administración ha señalado lo que considera ineficiencias en el gasto en ciencia, proponiendo reducciones drásticas en el presupuesto de instituciones clave como los Institutos Nacionales de Salud y la Fundación Nacional de Ciencias. Estas decisiones han llevado a varias universidades a anunciar congelaciones en contrataciones y despidos, lo que ha generado un clima de incertidumbre en el ámbito académico y científico en EE.UU.
Frente a este panorama, varias instituciones en el extranjero están observando con atención el potencial de atraer talento científico estadounidense. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado que la Unión Europea busca consagrar la libertad de investigación científica en la ley, a través de iniciativas como «Choose Europe for Science». Además, el interés por las posiciones académicas en otros países parece estar en aumento; programas como el de la Sociedad Max Planck en Alemania han visto un incremento significativo en las solicitudes de investigadores estadounidenses. Sin embargo, a pesar del interés inicial, los obstáculos prácticos y la incertidumbre sobre el futuro de la financiación en EE.UU. siguen siendo factores que complican la decisión de abandonar el país para muchos científicos.